Una bebida no recomendada para todos

El día de ayer un amigo radicado en Alemania me envió un mensaje comentándome que saldría esa noche a tomar Absinthe y como sabia que yo la había probado, quiso preguntarme si era verdad eso de que terminaría alucinando por probarlo y cuanto tenía que tomar para que eso pudiera pasar.

Obviamente el sabe mi afición por esa bebida y quería estar seguro de no ser el próximo protagonista de «The Hangover».

Le respondí que no se preocupará ya que en la actualidad esta bebida se ha generalizado y por lo tanto sus características psicotrópicas han desaparecido, así que mi consejo fue que se preparara para una muy mala resaca.

Mi aventura con el Absinthe comenzó a principios del año 2000 en un viaje a España, mi hermano quien residía en Barcelona me invitó a un bar a participar en el popular reto en el que caemos todo los latinoamericanos que nos jactamos de nuestra alta tolerancia hacía las bebidas espirituosas.

«Mirá, esto es Absinthe y te apuesto a que no puedes tomar un «shot» de un golpe», le dije que si era en serio esa pregunta y que pusiera ese «traguito» en el vaso para demostrarle lo equivocado que estaba conmigo.

«No te recomiendo eso amigo, es cosa seria» segunda advertencia que recibía, esta vez del barman, pero yo ya estaba decidido, así que tome el «shot» y de un golpe lo bebí; los siguientes segundos fuerón de una sensación de calor por todo el cuerpo, me subían las palpitaciones y quería dar brincos por todo el bar.

Mis amigos que estaban en el bar se empezaron a reír de mí y me dijeron que fui una nueva victima del Absinthe.

No me quedaría con eso y obviamente al otro día compre una botella e investigue sobre esta bebida; Primero me sorprendí que el grado de alcohol de esta bebida se sitúa entre 55% a 90%, para alguien acostumbrado a que su máximo es de 40% resulta un aumento considerable, lo segundo es la prohibición que existía sobre esta bebida, ya que la base de la misma es el «ajenjo» que da nombre a la bebida, ¿el problema? esta planta produce «tuyonas» un potente agente psicotrópico que te puede hace alucinar.

Son muchas las personalidades a las que se le ha asociado su «musa» con este bebida, entre ellos Oscar Wilde quien veía que le crecían tulipanes en las piernas, Edgar Allan Poe, cuya leyenda urbana cuenta que gustaba de beberlo con bolas de naftalina e inclusive se sospecha que el celebre episodio de la mutilación de la oreja de Van Gogh fue producto de una noche con esta bebida.

Como estoy seguro que te entro la curiosidad, te diré como beber Absinthe

Primero que nada, decir que su sabor es anisado, ya que es macerado con Anís e Hinojo para darle su sabor característico, pero no es extraño conseguir distintos sabores, e inclusive con sabor a «cannabis».

Hay distintas presentaciones para el deleite de la vista, el más popular es el color verde pero también se consigue de color amarillo, rojo, negro (el cual es mi favorito) y el azul, todo dependiendo del sabor de la bebida.

Normalmente se sirve con un «kit» el cual contiene una cuchara agujereada donde se coloca un turrón de azúcar y se vierte el Absinthe sobre el, dándole un toque lechoso a la misma. Otros prefieren calentar la cuchara y «flamear» el trago para así rebajar su volumen alcohólico, y finalmente para los que somos atrevidos tomarlo seco.

Distintas personalidades son afines a esta bebida a quienes contamos con Mariyn Manson quien tiene su propia marca, Leonardo DiCaprio y Johnny Deep quien declaró que «No me gusta la cocaína pero si el Absinthe ya es como la marihuana y una noche bebiéndolo te hace entender el porque Van Gogh se quitó su oreja».

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