La tiroides juega un papel crucial en el cuerpo humano. Esta pequeña glándula con grandes efectos es sensible a muchos parámetros. Algunos ayudan a que funcione bien; otros, como los disruptores endocrinos, influyen negativamente en su trabajo. Por ello, concéntrate en sus aliados y sus enemigos.
La tiroides es esencial para construir un cuerpo humano armonioso, a través de sus hormonas tiroideas, al igual que todos los frentes, incluido el esqueleto, el sistema nervioso, los músculos, la frecuencia cardíaca, el tracto digestivo, etc. Pero ella es sensible a muchos parámetros. Algunos, a veces hostiles, pueden alterar su equilibrio. Sin embargo, cualquier problema de tiroides puede alterar el funcionamiento del cuerpo humano.
Los aliados de la tiroides
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El yodo
La tiroides necesita que produzcas sus hormonas porque los T3 y T4 contienen átomos de yodo. Una dieta equilibrada, con pescado o mariscos, de 2 a 3 veces por semana, es suficiente para llevar los 150 μg de yodo que se necesitan todos los días.
También está presente en soja, yema de huevo, queso y productos lácteos, ajo o ciertas verduras (brócoli, alcachofas, coliflor…) y sal de mesa (enriquecida sistemáticamente con yodo) .
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Zinc y selenio
Participan en la transformación del T4 en T3, una forma activa que se une a las células. El selenio también protege la tiroides de la inflamación, especialmente cuando las enfermedades autoinmunes la atacan. A menudo hay un vínculo entre el déficit y los problemas de tiroides.
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Actividad física
Al aumentar el gasto de energía, hace posible compensar (un poco) la disfunción de la glándula en caso de hipotiroidismo. Los ejercicios de resistencia también ayudan, al acelerar la circulación sanguínea, a regular la acción de las hormonas tiroideas.
El ritmo ideal es de 40 minutos al menos 3 veces a la semana.
Los enemigos de la tiroides
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El tabaco
Sus sustancias tóxicas ralentizan la absorción de yodo de los alimentos, lo que puede promover el hipotiroidismo. Pero los fumadores también tienen el doble de probabilidades de desarrollar hipertiroidismo o bocio. Fumar durante el embarazo duplica el riesgo de disfunción tiroidea después del parto y tiene consecuencias para la tiroides del bebé.
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El estrés
Debido a que desencadena secreciones hormonales en cascada, el estrés interfiere con las hormonas tiroideas. Las personas que desarrollan enfermedades autoinmunes de la tiroides (especialmente la enfermedad de Graves) a menudo han experimentado un evento muy estresante en los meses anteriores.
Las moléculas pueden interrumpir su funcionamiento, de forma transitoria si tomamos unos pocos meses (antisépticos yodados tipo Betadine, cortisona, ciertas terapias dirigidas e inmunoterapias contra el cáncer) o si debemos tomarlos a largo plazo (amiodarona prescrita para trastornos del ritmo corazón, interferón usado para hepatitis o VIH…). Se recomiendan dosis regulares de hormonas tiroideas para compensar con tratamiento si es necesario.
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Radiactividad
En caso de irradiación significativa, tipo accidente nuclear, el yodo 131 se adhiere rápidamente a la glándula tiroides. Se necesita mucho tiempo para eliminarlo y causa mutaciones. La clave es un aumento de las patologías tiroideas en las poblaciones afectadas, incluida la próxima generación.