El Tribunal Supremo de Justicia venezolano (TSJ) ordenó este sábado la privativa de libertad contra Hernán Pereira Tello, Alexander Velásquez Corredor y Belkis Pereira Contreras por haber conformado una red de pornografía y prostitución infantil a través de la academia y agencia de modelaje Belankazar.
Tanto Pereira Tello como Velásquez Corredor, director general y director ejecutivo de la academia, respectivamente, cumplirán su pena de cárcel en el Centro Penitenciario de la Región Capital, conocido comúnmente como “Yare III”.
Por su parte, Belkis Pereira Contreras, quien fungía de administradora de la compañía, será recluida en el Instituto de Orientación Femenina (INOF), estado Miranda.
El caso contra la academia y agencia de modelajes, con sede en Caracas, se dio a conocer tras fuertes denuncias por usuarios de las redes sociales, quienes afirmaron que la agencia tomaba fotos de sus estudiantes menores de edad en pequeños bikinis y ropa interior y no solo publicaban el material a través de sus redes, sino que lo vendían a desconocidos en el extranjero por montos entre 20,00 y 200,00 dólares estadounidenses en Criptomonedas.
Esta venta se habría realizado a través de “membresías” en las que Belankazar entregaba no solo los PhotoBooks (catálogos) de sus modelos con sus sesiones de fotos y fotografías de los eventos de moda, sino también “vídeos especiales privados” de las estudiantes, que iban desde Minis (niñas), hasta Misses (adolescentes y adultas) y niños.
How YouTube is connected to pedophile rings and child exploitation a THREAD… pic.twitter.com/MWxtx1vd8M
— 𝔈𝔰𝔪𝔢 𝔄𝔪𝔢𝔷𝔮𝔲𝔦𝔱𝔞 🇲🇽 (@Bluntsxpusxy) August 31, 2019
Irrael Gómez, el experto en marketing digital y redes sociales venezolano, fue el dedo acusador más grande en el caso y tomó sus redes para denunciar cómo los representantes de Belankazar habían creado “un negocio de al menos 60.000 dólares mensuales sin contar las membresías”, y es que, de acuerdo a Gómez, la agencia también habría hecho uso de publicidad a través de páginas web rusas de pornografía infantil.
Igualmente, el material de las modelos, especialmente las niñas, se podían encontrar en este tipo de plataformas e, incluso, YouTube, con millones de reproducciones y comentarios lascivos contra las menores.
De acuerdo a los padres y representantes de las víctimas, ellos no habían sido notificados sobre la venta de las fotos de las modelos a través de Internet tras haber sido culpados por la opinión pública por lo sucedido.
Al respecto, “Yanira Sosa”, madre de una de las niñas modelos de Belankazar, dijo al portal Efecto Cocuyo que su hija le comentó que en la academia le habían tomado fotos que nunca autorizó.
“Siempre la quise inscribir en clases de modelaje y por eso decidí matricularla en Belankazar, se veía como un buen lugar. Cuando me enteré de las acusaciones, no la mandé más”.
“Sosa”, asimismo, detalló que cuando inscribió a su hija, de ocho años, no le pidieron su identificación ni otro documento legal para registrarla como representante. “Ni me dieron un contrato, solo una factura como muestra de que cancelé la matrícula. Todo me salió en 30 dólares”.
Después de eso, la madre acompañó a su hija a varias clases y se quedaba unos 10 o 20 minutos para ver el transcurso. Con el tiempo, solo se dedicó a dejarla e irla a buscar.
En este sentido, Carlos Trapani, Coordinador del Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), exhortó a la población a no criminalizar o culpabilizar a los padres o representantes de las víctimas, en declaraciones para Efecto Cocuyo.
“Yo creo que el rol del Estado en este momento es apoyar y que se desarrolle una investigación expedita, exhaustiva, imparcial e independiente que permita identificar las responsabilidades del caso”.
Asimismo, llamó a poner más atención a las actividades que realizan los niños con el fin de prevenir este tipo de situaciones, especialmente en aquellas que utilicen la imagen del niño o adolescente.
“Es importante que las familias estén al tanto sobre qué actividades desarrollan sus hijos y quienes son las personas responsables, cuál ha sido la trayectoria. El consentimiento es importante, tanto de la familia como del propio niño y adolescente involucrado en la actividad”.