Cerca de 500 personas se encuentran confinadas en el departamento colombiano del Cauca por combates entre el Ejército y la disidencia de las FARC, de acuerdo a la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
A través de un comunicado, la oficina de Naciones Unidas señaló que estos combates causaron que unas 200 familias se encerraran en una casa de la vereda de Bellavista para “resguardarse de las hostilidades y el riesgo de quedar en medio del fuego cruzado”.
Según la OCHA, además, las familias serían todas provenientes de las veredas de Los Mangos, Naranjal parte baja y La Esmeralda en el municipio Suárez, y pertenecerían a las comunidades indígenas y campesinas.
“En el marco del confinamiento, se presentan limitaciones en la movilidad y restricciones de acceso a bienes, servicios y derechos fundamentales”, explicó el grupo de la organización multilateral.
De igual forma, la OCHA resaltó la necesidad de garantizar la protección a las familias afectadas por estos enfrentamientos, pues su “integridad física se encuentra en riesgo” y afirmó que se les debe permitir el acceso a sus unidades productivas, pues de lo contrario su economía se vería gravemente afectada.
Naciones Unidas, asimismo, detalló que cerca de “222 estudiantes tienen vulnerado su derecho a la educación desde el 13 de agosto, cuando se suspendieron las clases. Es necesario apoyar con educación en emergencias y trabajar con la comunidad educativa y la comunidad en general comportamientos seguros”.
Desde hace varios días, los grupos disidentes de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) libran un enfrentamiento con el Ejército colombiano en el municipio Suárez del Cauca que ha afectado gravemente a las comunidades vulnerables de la zona.
Asimismo, el pasado viernes, una delegación de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de Estados Americanos (MAPP/OEA) y de la Defensoría del Pueblo se vio en el medio de uno de estos combates.
Esta delegación era la encargada de realizar labores a favor de las comunidades afectadas e instó “urgentemente” al gobierno local, regional y nacional a “coordinar un corredor humanitario” con el fin de facilitar el acceso de alimentos y víveres, entre otros productos de primera necesidad.
La región del Cauca se encuentra actualmente sumida en una crisis de violencia por la presencia de disidentes de las FARC y combatientes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), quienes se disputan los terrenos del narcotráfico.
En este contexto, dos integrantes de la Guardia Indígena del Cauca fueron asesinados en una vía que une a los municipios de Toribío y Caloto.
El gobierno colombiano y la antigua guerrilla de las FARC, convertidas ahora en el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, firmaron un acuerdo de paz en noviembre de 2016 en La Habana, Cuba. No obstante, algunos combatientes no se acogieron al pacto y, de acuerdo a diversas denuncias, el gobierno colombiano no ha velado por su cumplimiento.