El impacto de la obesidad en la sexualidad de la mujer depende de muchas variables: el grado de obesidad o sobrepeso, las enfermedades asociadas al exceso de peso, la edad, los cambios hormonales, la llegada de la menopausia y el componente emocional. Además, una mujer con sobrepeso tiene menos relaciones sexuales porque su deseo baja gracias al exceso de estrógeno derivado de la obesidad, pues, se produce una disminución de la progesterona.
La disminución del deseo también puede depender de distintos factores y en función de cada persona las hormonas pueden incrementar o disminuir las ganas de tener sexo.
En relación, al impacto de la obesidad en el sistema endocrino y su reflejo en la sexualidad, la endocrina y coordinadora del área Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Assumpta Caixàs, asevera que “son más frecuentes las menstruaciones irregulares, los periodos son más largos y con menos sangrado, lo que se llama oliogomenorrea”. Estas alteraciones en el ciclo hacen que “el pico de estrógenos durante la fase preovulatoria, que coincide con un mayor apetito sexual, no se dé en el caso de las mujeres con exceso de peso porque la ovulación no se produce de forma regular”, añade.
Aunado a los problemas físico están los psicológicos, estos hacen que la persona se sienta insegura de su cuerpo, y por ende, rechace cualquier relación sexual. Por ello, es recomendable tratar la obesidad de forma global con las distintas opciones terapéuticas: una dieta equilibrada, practicar ejercicio físico o la utilización de algunos fármacos, claro, este último con la indicación de un médico.