El periodista Jamal Khashoggi, conocido por ser un férreo opositor al régimen saudí, habría muerto por estrangulación al ingresar al consulado de Arabia Saudita en Turquía, en un acto premeditado.
Antes de salir del recinto, su cadáver fue desmembrado.
Así lo afirmó un importante fiscal turco, en las primeras declaraciones ofrecidas por las autoridades del país intercontinental luego del asesinato del columnista de The Washington Post de 59 años.
De acuerdo con los planes hechos de antemano, la víctima, Jamal Khashoggi, murió estrangulada inmediatamente después de ingresar al Consulado General de Arabia Saudita.
Sin embargo, de acuerdo al comunicado de la oficina del fiscal principal de Estambul, las discusiones con el fiscal saudí, Saud al-Mojeb, «no arrojaron resultados concretos», pese a las buenas intenciones de Turquía por revelar la verdad.
Fiscalía saudí no colabora
Arabia Saudita, al principio, negó cualquier conocimiento de la muerte, diciendo que Khashoggi había salido vivo del edificio después de asistir a una reunión.
No obstante, el estado del golfo Pérsico admitió luego que el asesinato de Khashoggi fue premeditado y fue el resultado de una «operación deshonesta».
Autoridades saudíes, asimismo, habrían arrestado a 18 sospechosos, que serán procesados en Arabia Saudita.
Sin embargo, Turquía quiere que los sospechosos sean extraditados y sus autoridades siguen frustradas por la falta de cooperación percibida por Arabia Saudita, según Mark Lowen en Estambul.
El comunicado no solo pone en entredicho numerosas publicaciones surgidas durante los últimos días en medios turcos e internacionales que han especulado sobre la forma en la que el periodista perdió la vida, sino que también desafía todo lo esgrimido por Arabia Saudí hasta el momento.
Ankara espera ahora de Riad no solo más cooperación, sino explicaciones que se ajusten a los resultados de su investigación.