Siempre hablamos de los poderes medicinales de las plantas, pero tal vez sea primera vez que toquemos un tema un poco más delicado: la energía positiva que emiten y como esta es transmitida a través de los humanos para obtener beneficios palpables. Si, estamos hablando de fe, sentimientos, creencias espirituales y su conexión con la madre naturaleza. Esto que te contaremos hoy, es una historia tal vez un poco fantástica, pero nos da pie a creer en el árbol de la abundancia y sus bondades para quienes tenemos fe.
Lo que leerás, está lejos de remedios caseros, tecnologías financieras o herramientas de trabajo, esto es fe, la misma que alimenta tus creencias religiosas o la que te ayuda a moverte al trabajo hasta conseguir tus objetivos. Simplemente, ahora vamos a ver como una simple planta con una historia milenaria, te puede ayudar a canalizar, agradecer y utilizar la energía positiva para que te vaya bien en la vida, especialmente en el aspecto económico.
La leyenda del árbol de la abundancia
El Jade, es un árbol de origen africano, se dice que sus hojas tienen forma de dinero, ancestros aseguran que su cuidado es equivalente a agradecer al cosmos lo que se tiene y al mismo tiempo pretender con fe que la energía que transmite la planta de la fortuna, se convertirá en beneficios financieros para quien la tenga en su hogar.
La historia que se cuenta, data de siglos desconocidos, en los que un hombre muy humilde, trabajador de granjas, consiguió en el camino el pequeño arbusto cubierto de flores. El hombre colmado de problemas económicos, llevó la pequeña planta a su casa donde tomó la decisión de cuidarla, como si siempre fuera parte de su hogar.
Al poco tiempo, las flores del árbol de la abundancia agradarían al hombre de tal forma, que poco a poco fue dando forma a oraciones con devoción a la misma, las cuales fueron retribuidas en gozo de mejores ganancias en su trabajo, una mejor calidad de vida y prosperidad para su familia.
Según la leyenda del árbol de la abundancia, el hombre jamás se volvió rico, pero logró tener tanta fe en su pequeño arbusto, que la felicidad retribuida le permitía estar en paz y felicidad con lo que tenía. No se trata de un cuento con un final fantástico donde el hombre que cuidó la planta se volvió millonario de la noche a la mañana. Se trata de una anécdota en la que nos enseñan, cómo la resiliencia puede elevar nuestra fe a niveles, donde la felicidad es justa con nuestras necesidades.
Seguramente tienes una planta en casa a la que le tienes afecto, no solo por sus flores o el hermoso ornato que aporta a tu hogar, sino por la historia que compartes con ella. Hoy es un buen día, para empezar a tenerle fe, conectar tu espíritu y oraciones con esta y convertirla, en el árbol de la abundancia de tu hogar, de tu alma.