Este lunes se realizó la ceremonia de entrega de los premios Nobel, tal como cada año, el 10 de diciembre rememorando la fecha de fallecimiento del creador del reconocido galardón, Alfred Nobel.
La ceremonia se celebró en Oslo, Noruega y contó con cinco homenajeados, entre ellos Nadia Murad, quien se convirtió en la voz universal de las mujeres yazidíes.
¿Quién es Nadia?
Nadia Murad Basee Taha es una joven iraquí de 25 años activista por los Derechos Humanos y embajadora de buena voluntad para la dignidad de los supervivientes de trata de personas de las Naciones Unidas.
La apariencia frágil y delicada de Nadia pueden engañar. Sin embargo es una mujer que se ha mostrado dura e inflexible frente a la injusticia y los abusos cometidos constantemente en los conflictos armados de los países de Oriente, especialmente en su lucha contra el autodenominado Estado Islámico (ISIS) para evitar que este siga sometiendo a la comunidad yazidí, radicada en Iraq, de la que forma parte.
Desde septiembre de 2016, tras haber logrado escapar de la esclavitud, Nadia se convirtió en un fuerte referente de Derechos Humanos en el mundo. Su lucha ha sido apoyada por Yazda, la organización global yazidí. Trabaja junto a la abogada Amal Clooney (esposa de George Clooney), defendiendo los derechos y la toma de conciencia de las víctimas de la milicia terrorista.
En octubre de 2016 recibió el Premio Vaclav Havel de Derechos Humanos del Consejo de Europa y el Premio Sájarov a la Libertad de conciencia junto a Lamiya Aji Bashar.
Su historia
En 2014, cuando aún vivía al norte de Iraq, en el pueblo de Kocho, Nadia Murad deseaba culminar sus estudios y trabajar como esteticista.
No obstante, los milicianos ISIS asaltaron el pueblo donde residía, cerca de las montañas de Sinyar, como parte de la ofensiva que acabó con Mosul -una localidad al norte de Iraq cercana a río Tigris- y sus alrededores.
Durante este asalto Nadia y su familia fueron secuestrados. Su madre y sus hermanos murieron antes de que pudiesen llevarlos, sin embargo Nadia sobrevivió y fue llevada en cautiverio por el grupo terrorista.
En el asalto, murieron más de 40 miembros de su familia.
En total, Nadia pasó tres meses en cautiverio por parte de los ISIS, la organización terrorista conocida mundialmente por sus videos de decapitaciones de soldados, civiles, miembros de ayuda humanitaria y periodistas, y por la destrucción de lugares históricos y de patrimonio cultural en numerosas regiones.
Nadia fue vendida como esclava a un hombre en un mercado de esclavos en Mosul, donde fue quemada, golpeada y violada en repetidas ocasiones. Este hombre la vendió a otro, de quien logró escapar cuando éste salió dejando la cerradura de la casa donde la mantenía cautiva abierta.
Una familia le ayudó a llegar a un territorio que se encontraba bajo control kurdo, donde se alojó en un campamento de refugiados cerca de Dohuk.
Para febrero de 2015 Nadia dio su primer testimonios a reporteros de La Libre Belgique, diario belga, mientras se refugiaba en el campamento Rwanga, viviendo en un contenedor.
Su labor
En diciembre de 2015, Nadia fue la primera persona que informó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas acerca de la trata de humanos, el maltrato y el conflicto producido por el terrorismo.
En 2016, Amal Clooney la representó como cliente en un acción judicial contra los mandos del ISIS. Clooney compareció frente ante la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y calificó el genocidio, la violación y la trata de personas del ISIS como »burocracia del mal a escala industrial», afirmando que el mercado de esclavos perpetúa su actividad a través de internet en plataformas como Facebook.
Nadia mantiene su rol de embajadora participando en iniciativas de apoyo global y local que buscan generar conciencia sobre el tráfico de personas y los refugiados. Se mantiene cerca de las comunidades de refugiados y supervivientes y escucha los testimonios de quienes han sido víctimas de la trata y el genocidio. A raíz de esto ha recibido numerosas amenazas.
En septiembre de 2016, Nadia anunció la iniciativa de un evento que proporcionaría apoyo legal y asistencia a las víctimas del genocidio, patrocinado por Tina Brown en Nueva York. En 2017 conoció al Papa Francisco y al Arzobispo Gallagher en el Vaticano, reunión durante la cual pidió ayuda para los yazidíes que continúan en cautiverio en Iraq.
Escribió un libro llamado Yo seré la última: Historia de mi cautiverio y lucha contra el Estado Islámico, que fue publicado por Crown Pulishing Group el 7 de noviembre de 2017, donde cuenta sus memorias. Asimismo, fundó la iniciativa Nadia, una organización que se dedica a ayudar y brindar apoyo a mujeres y niños víctimas de genocidio, tráfico de personas, crímenes de guerra, etc.
Este año recibió el premio Nobel de la Paz junto al congoleño Denis Mukwege en el ayuntamiento de Oslo, Noruega, un merecido reconocimiento por sus esfuerzos en la lucha por acabar con el uso de la violencia sexual como arma de guerra y en conflictos armados. Ambos han trabajado fuertemente para visibilizar y combatir estos abusos y Nadia ha jugado un papel fundamental en la denuncia y divulgación de estos crímenes.