Con 82.000 casos oficialmente diagnosticados, la potencia norteamericana se hace con el primer lugar en el ranking de países con más infectados por COVID-19 del mundo, al tiempo que se pone en duda la capacidad de verificación de casos por parte de China y las demás regiones a las que se les está complicando la situación sanitaria.
El presidente Trump hace eco de la rápida respuesta de su sistema de salud a pesar que es el país con más casos de coronavirus del mundo y al hecho de que se han realizado demasiadas pruebas diagnósticas, lo que ha ayudado a atacar el conflicto de primera mano y salvar “miles de vidas” a causa de la efectividad de sistema implementado.
“Nadie sabe cuales son sus números reales” asevera el mandatario ante la duda del mundo sobre el alcance de la respuesta de China ante la pandemia, a la que también acusa de ocultar sus verdaderas cifras y la responsabiliza de su expansión por el mundo.
El “virus chino” como el mismo le llama, ha matado al menos 1100 personas en todos los Estados Unidos hasta los momentos según la cifra oficial, y no se descarta que ese número aumente a los 2000 antes del fin de semana. El foco más dramático lo tiene el estado de New York, que a pesar de estar en cuarentena total, tiene registrados más de 37000 casos y al menos un 30% de los decesos.
“Es una situación en la que la gente simplemente empeora con el tiempo, eso es lo que estamos viendo” aseguró Andrew Cuomo, gobernador de New York.
En Washington, California y Florida se ha decretado “estado de desastre”, mientras que otros 20 estados norteamericanos han convocado una medida de cuarentena para sus ciudadanos.