De acuerdo a información extraoficial, al menos 10 personas murieron en un ataque con arma de fuego en una sinagoga en la ciudad de Pittsburgh, Pensilvania.

El atacante abrió fuego mientras la sinagoga El Árbol de la Vida (Tree of Life) celebraba el sabbat, el día sagrado en la semana judía.

En el ataque, unos cuatro agentes policiales resultaron heridos, reseñó la agencia de noticias AP.

Un crimen de odio

De acuerdo a los medios del país norteamericano, el sospechoso habría sido identificado como Robert Bowers, un hombre de raza blanca de unos 46 años.

Según los testigos, los creyentes se habían reunido en la sinagoga, en el vecindario de Squirrel Hill, para celebrar el sabbat, cuando Bowers irrumpió en  ‘The Tree of Life’, gritó «¡Todos los judíos deben morir!», y abrió fuego en contra de las 45 personas que se encontraban en el templo.

Squirrel Hill tiene una de las poblaciones judías más grandes de Pennsylvania y este habría sido el día más concurrido de la semana en la sinagoga.

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Los informes también dicen que el hombre armado se atrincheró en una habitación en la sinagoga.

Los servicios de emergencia llegaron al edificio aproximadamente a las 10:00 hora local (14:00 GMT).

El Director de Seguridad Pública de Pittsburgh, Wendell Hissrich, confirmó más tarde que el hombre armado estaba bajo custodia policial y que estaba siendo atendido en el hospital.

Confirmó que seis personas habían resultado heridas, entre ellas cuatro policías. Pero no diría cuántos habían muerto.

La escena del crimen fue «horrible», dijo a los periodistas. «Uno de los peores que he visto», agregó Hissrich.

La reacción del presidente Trump

En un discurso desde la ciudad de Indianápolis, Indiana, el presidente Donald Trump expresó su pesar por los hechos en la sinagoga «The Tree of Life».

«Este acto perverso de asesinato en masa es maldad pura», dijo Trump desde la actividad Future Farmers in America, donde además aseveró que el atacante debería recibir sentencia de muerte por el crimen de odio.

Nuestra nación y el mundo están conmocionados y aturdidos por el dolor. Esto fue un acto antisemita. Quién pensaría que esto es posible en la actualidad.

Trump agregó que el incidente tuvo «poco que ver» con las leyes de armas de fuego de los Estados Unidos. «Si tuvieran protección interior, tal vez podría haber sido una situación diferente», sentenció.

 

Otras Reacciones

El gobernador de Pensilvania, Tom Wolf, dijo en una declaración que el incidente fue una «tragedia absoluta» y que tales actos de violencia no pueden ser aceptados como «normales».

Estos actos de violencia sin sentido no son lo que somos como estadounidenses.

Mis pensamientos en este momento se centran en las víctimas, sus familias y en asegurar que la policía tenga todos los recursos que necesitan.

Mapa muestra Pittsburgh en el estado estadounidense de Pennsylvania

 

El presidente de la Federación Judía del Gran Pittsburgh, Jeff Finkelstein, dijo:

Ahora estoy triste. Esto no debería estar sucediendo. No debería estar sucediendo en una sinagoga. No debería estar sucediendo en nuestro vecindario aquí en Squirrel Hill.

La vigilia tendrá lugar en Squirrel Hill a las 18:00 hora local del sábado.

El Departamento de Policía de Nueva York dijo que había desplegado a oficiales en sinagogas en toda la ciudad como medida de precaución.

Una crisis de violencia

Debido a la facilidad para la obtención de armas de fuego en Estados Unidos, en los últimos años se ha desatado una fuerte ola de masacres en lugares cotidianos como iglesias, colegios y cines.

Hasta la fecha, más de 270 asesinatos en masa con armas de fuego han sido registrados en todo el territorio estadounidense, de acuerdo al Gun Violence Archive, un grupo de investigación sin fines de lucro que hace seguimiendo a este tipo de ataques y sus características.

Asimismo, solo en el mes de Octubre se han registrado más de 20 ataques de esta naturaleza en el país norteamericano. 

A pesar de las fuertes protestas y las peticiones de la ciudadanía para la imposición de un control en la compra de armas de fuego, tanto el gobierno como el congreso y senado estadounidense se han negado a debatir o legislar sobre la problemática.

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