Es difícil imaginar todo lo que se puede ver por el lente de una cámara, la fotografía me ha llevado a enfocar distintas situaciones pero una de las mas significativas para mi fue cuando estaba en una protesta.

Yo trabajaba para un periódico local, escuche que algunas personas se reunirían a las afueras de la ciudad y agarre mi instrumento de trabajo, salí a la marcha sin imaginar lo que podría ocurrir cuando llegue al sitio, las personas ya estaban al frente de esta concentración, con cascos, rodilleras, escudos hechos de madera pensando que con eso podrían taparse de las balas que los uniformados estaban lanzando contra ellos, dentro de mi pensaba «pobres ingenuos». 

Yo trataba de sacar las mejores fotos con la mayor rapidez posible pero eran tantas las cosas que estaban ocurriendo a mi alrededor que no supe por donde comenzar, mi vista se iba por todos lados, muchachos tratando de defender lo que para ellos es un derecho del estado, el salir a protestar por sus ideales no fue del todo pacifico en sus miradas se veía la desesperanza pero igual con piedras en la mano y botellas luchaban en contra de ese monstruo llamada opresión.

Logre al fin sacar una fotografía de esas que te dejan sin aliento, una señora con lagrimas en los ojos hablando con uno de los policías estatales y justo en el momento cuando me disponía a presionar el botón para lograr capturar una imagen de un millón de dólares, el policía agarro por los cabellos a la señora y la revolcó en el suelo, dejándola sin aliento, por un momento quede paralizada pero logre mover mi dedo para conseguir esa descabellada representación.

Luego que esa persona sin alma se fue del lugar, pensando haber dejado muerta a la señora, me acerco con la esperanza de que siguiera con vida y en efecto seguía respirando pero con mucha dificultad, la levante como pude de ese charco de sangre, me la lleve a un lugar apartado, grite mil veces pero nadie me hacia caso todo era un real infierno a mi alrededor, le di algunas palmadas en el pecho a ver si reaccionaba y absolutamente nada ocurría, seguía inmóvil.

Estaba desesperada no sabia que hacer, la señora se movió me dijo que se llamaba Maria De Castas y que por favor le dijera a su hijo que su madre salio a defender su país, semejante aprieto en el que estaba metida Maria bajo su cabeza, quedando inerte, allí supe que estaba muerta.

Ahora yo tenia que buscar a su hijo para darle su recado imaginen eso, solo salí hacer mi trabajo a tomar unas fotos y ahora tenia a una mujer muerta y un recaudo que quien sabe si podre dar.

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