El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, condenó el miércoles el envío de una serie de dispositivos explosivos a líderes demócratas y expresó desde la Casa Blanca que los actos o amenazas de violencia política de cualquier tipo no tienen lugar en la nación norteamericana.
«Estamos extremadamente enojados, molestos, infelices por lo que sucedió esta mañana y llegaremos al fondo», aseveró el mandatario desde un evento presidencial, donde, además, llamó a la unidad de los estadounidenses.
Asimismo, Trump aseguró que ya se había iniciado una investigación federal a gran escala por el envío de los correos bomba dirigidos a políticos y altos funcionarios del partido demócrata.
«Se está desplegando todo el peso de nuestro gobierno para llevar a cabo esta investigación y llevar a los responsables de estos actos despreciables ante la justicia. No escatimaremos recursos en este esfuerzo», explicó Trump.
Por su parte, la primera dama, Melania Trump, afirmó durante el mencionado evento que ataques de tal naturaleza no serán tolerados y condenó a todos los que optan por los medios violentos para lograr un fin.
Amenaza a la libertad política
Los destinatarios de los explosivos, aunque no fueron mencionados por el primer mandatario ni la primera dama, fueron en su mayoría de corte liberal. Entre las víctimas de las amenazas se encuentra el expresidente Barack Obama, la ex secretaria de estado, Hillary Clinton, el ex fiscal general, Eric Holder, la congresista demócrata por California, Maxine Waters y el exdirector de la CIA, John Brennan.
El lunes pasado se envió un dispositivo similar a la casa de George Soros, el filántropo multimillonario y principal donante demócrata.
Ninguno de los destinatarios resultó herido por los dispositivos.