Un nuevo estudio agregó más evidencia de que los rompecabezas pueden ser efectivos para la salud del cerebro. Según ese estudio reciente publicado en el International Journal of Geriatric Psychiatry, cuantas más personas mayores de 50 participan en juegos como el sudoku y los crucigramas, mejor funciona su cerebro.
Los investigadores observaron los datos de aproximadamente 19.100 participantes en el estudio PROTECT para ver con qué frecuencia realizaban rompecabezas de palabras y números. Luego utilizaron una serie de pruebas para medir la atención, la memoria y el razonamiento.
En resumen, cuantas más personas participen en rompecabezas, mejor se desempeñarán en las pruebas.
Las personas que hacen rompecabezas tienen una función cerebral equivalente a 10 años más joven que su edad, según las pruebas del estudio. En las pruebas de memoria a corto plazo, los que tomaban rompecabezas tenían una función cerebral equivalente a ocho años menos.
Ahora bien, el análisis de datos de corte transversal evaluó las pruebas en aproximadamente 19.000 personas. Los datos fueron auto informados y los participantes completaron las pruebas cognitivas en línea.
“Las mejoras son particularmente claras en la velocidad y precisión de su rendimiento. En algunas áreas, la mejora fue bastante dramática”, explicó la Dra. Anne Corbett , autora principal y profesora de demencia en la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter.
“No podemos decir que jugar estos rompecabezas necesariamente reduzca el riesgo de demencia en la vida posterior”, aseguró Corbett. “Pero esta investigación apoya hallazgos previos que indican que el uso regular de los rompecabezas de palabras y números ayuda a que nuestros cerebros funcionen mejor por más tiempo”.
¿Resultados reales?
La Dra. Jerri D. Edwards, profesora de la University of South Florida en Tampa que estudia los juegos cerebrales y la cognición, en consecuencia, puntualizó que debido a que el estudio es correlacional, no aleatorio, no significa que los juegos causen una mejor cognición.
“Es probable que a las personas que tienen un mejor conocimiento les gusten estas actividades y tiendan a participar en ellas”, explicó al portal Healthline.
“Además, las personas sin deterioro cognitivo participan en estas actividades, pero cuando experimentan un deterioro cognitivo, es probable que dejen de hacerlo porque se vuelven frustrantes o desafiantes”, indicó al tiempo que señaló que las investigaciones que encontraron que el compromiso cognitivo en la vejez puede ser un amortiguador contra el deterioro.
Asimimo, puntualizó que “dado que las habilidades verbales tienden a mejorar con la edad, tendemos a mejorar en los juegos relacionados con palabras en el envejecimiento normal. Por otro lado, algunas habilidades cognitivas que tienden a disminuir con la edad son la rapidez mental, la atención dividida, ignorar la distracción y cambiar nuestra atención. Es importante desafiar a nuestros cerebros con este tipo de tareas con la edad”.
Por su parte, la Dra. Jessica Langbaum, investigadora de la enfermedad de Alzheimer de Arizona, y directora asociada de la Iniciativa de Prevención de la enfermedad de Alzheimer, afirmó que hay pruebas de que realizar actividades cognitivamente estimulantes, como los rompecabezas, puede ayudar con nuestras habilidades como el pensamiento, la atención y el razonamiento.
“Sin embargo, lo que no sabemos es si se trata de una relación causal directa”, aclaró Langbaum a Healthline. “Tampoco sabemos si participar en estas actividades retrasa o previene la aparición de un deterioro cognitivo como la demencia o la demencia debida a la enfermedad de Alzheimer”.
Equilibrio cerebral
Un concepto clave tanto en el envejecimiento cerebral normal como en la demencia (incluida la enfermedad de Alzheimer) es que nuestra capacidad para funcionar es un equilibrio entre la patología cerebral y la fuerza cognitiva del cerebro, explicó el Dr. Gayatri Devi, neurólogo especializado en trastornos de la memoria en el Hospital Lenox Hill en Nueva York.
“Cuando la patología es abrumadora, lo que ocurre en las demencias agresivas, ninguna cantidad de fuerza cerebral puede ayudar a retardar la progresión”, detalló.
“Afortunadamente, la mayoría de los tipos de demencia y la enfermedad de Alzheimer progresan lentamente, y podemos apuntalar la fuerza de nuestro cerebro o la reserva cognitiva para retrasar el inicio de la demencia o para prevenirla por completo”.
Usar crucigramas y otros ejercicios mentales para fortalecer nuestras redes cerebrales es una forma de fortalecer el cerebro, al igual que el ejercicio físico. “El truco es mantener el cerebro desafiado y comprometido a medida que envejecemos”, comentó Devi.