Todos hemos escuchado que el punto final de la vida se encuentra al cruzar un túnel, llegando a la luz que se encuentra luego de él, muchas personas que estuvieron cerca de morir afirman haber vivido esta experiencia, a pesar de no tener lógica es un relato constante, independiente de la cultura o credo, por lo que la ciencia también ha decidido investigar al respecto de esta fantasiosa experiencia.
La cercanía con la muerte y la experiencia de la luz al final del túnel es un evidente acontecimiento psicológico, explican los expertos Olaf Blanke y Sebastian Dieguez, objetando que la condición pudiere ser provocada por situaciones de intenso dolor físico.
¿Es el cerebro capaz de causar las sensaciones?
Un tercio de los sujetos que afirman haber vivido esta experiencia aseguran haber sentido satisfacción, propia que podría ser respuesta del intenso dolor que la persona atraviesa, aunado a que a pesar de que es una experiencia sin límite de cultura, se puede asociar a la misma, siendo que muchas personas describen sentir la presencia del dios al que le profesan fe o bien, personas cercanas.
Algunas otras investigaciones sugieren que la experiencia de la luz al final del túnel se debe a un proceso cerebral, debido a testimonios de pilotos aéreos que dicen haber sentido perdidas de conocimientos durante aceleraciones rápidas, describiendo perfectamente la sensación de la luz al final del túnel, siendo ese caso la anoxia cerebral (falta de oxígeno en el cerebro) que provoca convulsión del lóbulo temporal, causando las alucinaciones.
Los investigadores sugieren una última explicación que han denominado como el cerebro moribundo, que propone que las experiencias y sensaciones al estar cerca de morir son alucinaciones ocasionadas por la actividad cerebral a medida que las células comienzan a morir, aunque esta teoría no podría explicar las sensaciones satisfactorias, estas podrían deberse al lóbulo temporal una vez más.