Esta congénere haría llorar a la mismísima “hormiga atómica”. Pruebe a chasquear sus dedos ¿Le ha parecido un movimiento rápido? Imagínese que lo hace mil veces más rápido, ¿lo cree posible?. Lo es.
El cine mudo nos heló la sangre con tan sólo ver en pantalla, en la oscuridad de la sala de proyección, la sombra de Nosferatu, un ser terrorífico a la sombra de la, según Oscar Wilde, la obra de terror mejor escrita de todos los tiempos, una obra que refleja la lucha entre el bien y el mal.
Influenciado por los cuentos de fantasmas y misterios que le contaba su madre de niño, mientras guardaba cama por enfermedad, de la imaginación de Bram Stoker emergió Drácula. Aunque casi estén más en nuestro imaginario colectivo los elegantes y góticos Bela Lugosi y Christopher Lee.
Estos «chupasangres» no sólo nos atemorizan plasmados en la pantalla de un oscuro cine, sino que podemos encontrarlos por ahí correteando mientras damos un agradable paseo por el verde campo. Quizá se siente bajo la sombra de un fresco álamo a descansar, confiado, y, en un rato, sienta una punzante mordedura, a 90 metros por segundo. ¿Qué puede ser? No, no es la hormiga atómica.
De color naranja, se dice de ella que con un movimiento rápido de sus mandíbulas, puede encajar hasta 5000 golpes en menos tiempo de lo que tardaríamos en chasquear nuestros dedos, es decir, que, según la Royal Society Open Science, es el movimiento más rápido conocido de la naturaleza, superando a su predecesor con un factor tres. Y, ¿cómo lo hace?
Cierra sus mandíbulas tan fuerte que llegan a doblarse, creando una tensión interna que acumula una gran cantidad de energía en una de ellas. Cuando se desliza sobre la otra, esa energía se libera y actúa como un resorte, de tal manera que el golpe impacta con gran fuerza sobre su presa y a una velocidad que puede alcanzar los 324 kilómetros por hora, produciendo un ataque en un tiempo record con una aceleración de 0,000015 segundos. Los expertos nos dicen que puede que use este mecanismo para aturdir a sus presas, aplastándolas contra la pared de un tunel o empujándolas.
Estos animales reciben su nombre, no por ésta habilidad, sino por la forma en que algunas veces se alimentan de la «sangre» de sus propias larvas, arañando y masticando lo agujeros donde se encuentran, succionando la hemolinfa, el equivalente a la sangre, lo que se ha descrito como un “canibalismo no destructivo” ya que no llegan a matar a las larvas.
Nos vamos a quedar igual si decimos que se trata de Mystrium camillae; pero, quizá nos aclaré más si decimos que hablamos de la hormiga Drácula, el ser vivo más rápido de la Tierra, aunque si usted no vive en la región indo-australiana ni en China, donde se distribuye, no tiene que preocuparse.
Los científicos usaron cámaras increiblemente rápidas para filmar el movimiento de su mandíbulas, y tecnología de imagen de rayos X para estudiar su anatomía en tres dimensiones y poder comprender mejor su mecanismo. Así como simulaciones por computadora para estudiar como la forma y la estructura de la mandíbula influye en el poder de su “chasquido”.
Si le pica la…, curiosidad, en este vídeo puede apreciar el “chasquido” de la hormiga Drácula: