Kit Harington, el actor británico que interpretó a Jon Snow (Jon Nieve) en Juego de Tronos, entró en una clínica de rehabilitación poco antes de que se emitiera el final de la serie de HBO para tratarse unos “problemas personales”, informaron medios estadounidenses.
“Kit ha decidido utilizar este descanso en su agenda como una oportunidad para pasar un tiempo en un centro de bienestar para trabajar en algunos problemas personales”, explicó un portavoz del intérprete en un comunicado.
Estrés y adicción al alcohol
El portal Page Six aseguró que Harington comenzó un tratamiento contra el estrés y la adicción al alcohol semanas antes de que Juego de Tronos emitiera su esperado último episodio.
Más aun, agregó que el actor lleva casi un mes en tratamiento en una exclusiva clínica de Connecticut (EE UU).
Harington, de 32 años, ha recibido ayuda psicológica y ha practicado la meditación dentro de su terapia para combatir el estrés y otros problemas personales.
Un amigo del actor le indicó a Page Six que “está en la clínica principalmente por estrés y agotamiento y también por el alcohol”. Al tiempo que añadió que su esposa Rose Leslie – Ygritte en Juego de Tronos- “está siendo sumamente comprensiva. Todos sus seres cercanos quieren de verdad que descanse. Ahora mismo, solo necesita paz y tranquilidad”.
En los últimos meses, Harington ha hablado en varias ocasiones sobre la enorme presión que ha sentido como uno de los protagonistas de la mayor superproducción televisiva de la historia y acerca de los graves efectos que eso tuvo en su salud mental.
“No fue una buena época”
En consecuencia, el actor le expresó Variety que “no fue una buena época en mi vida”, sobre en el momento en el que su personaje Jon Nieve murió y resucitó en la serie.
“Sentía que tenía que sentir que era la persona más afortunada del mundo cuando, en realidad, me sentía muy vulnerable. Tuve un momento inestable en mi vida, como creo que mucha gente tiene en la veintena”, añadió.
Otros actores que sufrieron consecuencia tras el estrés
Por su parte, Emilia Clarke, que encarnó a Daenerys en la ficción, desveló en marzo a la revista The New Yorker que sufrió dos aneurismas mientras rodaba la serie.
Además, Maisie Williams y Sophie Turner, que dieron vida a Arya Stark y Sansa Stark, respectivamente, también aseguraron en los últimos meses que la fama y las redes sociales perjudicaron su salud mental.