La mayoría de las personas aman las galletas y realizarlas siempre ha sido tarea fácil. Por eso, hoy te hemos traído una nueva receta para que la sumes a tu repertorio: galletas de jengibre y miel.
Estas galletas de jengibre y miel al ser horneadas inundaran tu cocina de un delicioso olor que te hará agua la boca y, que te hará difícil la tarea de esperar que se enfríen.
Además, definitivamente la miel es una excelente aliada de las especias más aromáticas a la hora de preparar galletas y bizcochos, y le agrega un hermoso color dorado a la masa.
¿Qué ingredientes necesito para preparar las galletas de jengibre y miel?
Esta receta es para 25 unidades.
- 225 g de Harina de repostería.
- 100 g de Azúcar.
- 8 g de Levadura química (2 cucharaditas).
- 12 g de Bicarbonato sódico (2 cucharaditas).
- 4 g de Sal.
- Jengibre molido 1 cucharadita.
- Canela molida 1/2 cucharadita.
- 100 g de Mantequilla sin sal.
- 100 g de Miel.
- Azúcar extra para rebozar (opcional).
¿Cómo hacer las galletas de jengibre y miel?
Esta receta es sumamente fácil de realizar, tiene un tiempo total de preparación de 40 minutos y de cocción de 10 minutos.
Lo primero que vas a hacer es precalentar el horno a 180ºC y preparar un par de bandejas forrándolas con papel sulfurizado.
Seguidamente dispones la harina en un recipiente amplio y mezclas con el azúcar, la levadura química, el bicarbonato, la sal, el jengibre y la canela.
Incorporas la mantequilla cortada en cubos pequeños y trabajas la masa aplastándola. Se puede hacer con un tenedor o con las manos, estrujando bien la mantequilla contra los ingredientes secos. Añades la miel y mezclas todo bien.
Tomas pequeñas porciones de masa, del tamaño de una nuez, y formas bolitas con las manos. Rebozas cada una en azúcar y colocarlas en las bandejas, separadas por unos 4-5 cm. Aplastas cada bolita suavemente con un tenedor y horneas durante 10 minutos.
Esperas un par de minutos fuera del horno y dejas enfriar completamente sobre una rejilla.
Las galletas de jengibre y miel se pueden degustar a cualquier hora, con el café, con una taza de té o un sencillo vaso de leche.
También son deliciosas con helado de vainilla, aunque ya es un capricho muy goloso.