El presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, regresó al país el pasado lunes en medio de una gran polémica, pues funcionarios de Nicolás Maduro amenazaron con apresarlo; y en este contexto de trifulca su esposa, Fabiana Rosales, expresó lo que sintieron en ese momento.

La primera dama de la República aseguró en el diván de Shirley Varnagy, presentadora de un programa televisivo, que estaban conscientes de que su vida estaba en serio peligro, porque abandonaron la libertad que les permitía estar en su nación por más que contaran con el apoyo de muchísimos ciudadanos.

«Puedo describir una película o una serie de Netflix, nada más con la salida de Venezuela», así comenzó a narrar el intrincado drama que vivió Guaidó para abandonar el territorio nacional la noche del pasado 21 de febrero.

Guaidó salió de Venezuela por la ayuda humanitaria

Rosales contó que su objetivo era llegar a Colombia, donde se tenía previsto el ingreso de la ayuda humanitaria el 23 de febrero, dos días después de su ingreso. Una vez estuvieran en el sitio, comenzar a colaborar y movilizar a los ciudadanos a que apoyasen en el traslado de los insumos que pretendían pasar y los cuales resultaron quemados a mano de los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

«Cuando vimos cómo se quemaba la comida y las medicinas, nos llenamos de fuerza para continuar luchando. No dejar entrar la ayuda humanitaria fue una barbarie», describió sobre este aterrador momento.

Las amenazas a Guaidó

La esposa del presidente (E) de Venezuela reveló que tanto ellos como su familia recibieron múltiples amenazas de muerte, por lo que pensaron que su llegada iba a ser más violenta.

Asimismo, detalló que se mantienen alerta, pero más tranquilos debido a que sus vecinos son su «guardia de honor».

Qué sintió Guaidó al regresar a Venezuela

Esclareció que al regresar a Venezuela lo ocurrido fue un escenario totalmente diferente al que tenían en sus cabezas pues se veían detenidos, sin embargo, los funcionarios se pasaron al lado correcto de la historia.

«Yo tenía un escenario que no ocurrió, en mi cabeza el escenario era la detención (…) Nos bajamos del avión y estábamos solos, no había nadie, no pasaba nada. Los funcionarios se pusieron del lado correcto», así lo describió Rosales.

Además, manifestó que tras el vacío al salir, observaron a la cantidad de ciudadanos y diplomáticos que aguardaban su llegada, esto les hizo desvanecer sus miedos.

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