Este viernes, el Papa Francisco ha advertido sobre los “enormes peligros” de la tecnología por prometer un progreso “incontrolable e ilimitado”, durante su audiencia con los participantes del encuentro sobre “El bien común en la era digital”.
De acuerdo al Santo Pontífice, la tecnología, a pesar de ofrecer un acceso mayor a las informaciones con el que se pueden lograr análisis correctos, también hace “circular opiniones tendenciosas y datos falsos, ‘envenenar’ los debates públicos, e incluso manipular las opiniones de millones de personas, hasta el punto de poner en peligro las mismas instituciones que garantizan la convivencia civil pacífica”.
En este sentido, aseguró que “el llamado progreso tecnológico de la humanidad, si se convirtiera en enemigo del bien común, conduciría a una desafortunada regresión, a una forma de barbarie dictada por la ley del más fuerte”.
“Mientras una sola persona sea víctima de un sistema, por muy evolucionado y eficiente que sea, que no logre valorizar la dignidad intrínseca y la contribución de cada persona, su trabajo no estará terminado”, agregó Bergoglio en el encuentro del Pontificio Consejo para la Cultura y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
El Papa, asimismo, llamó al uso y al progreso de la tecnología de forma ética a través de un paralelismo notado en su Encíclica Laudato Si’, que señala que “el beneficio indiscutible que la humanidad puede obtener del progreso tecnológico dependerá de la medida en que las nuevas posibilidades a disposición, sean usadas en modo ético”.
El deporte, un instrumento para la paz
En contraposición, Francisco ha destacado la importancia del deporte como “canal” para promover la paz, desde su encuentro en el Vaticano con los miembros de la Federación Internacional de Hockey, también este viernes 27 de septiembre.
“El deporte es un canal muy especial para promover la paz y la unidad”, aseguró el Papa durante la reunión, en la que expresó que el deporte es también “instrumento para crecer como persona y como equipo”.
“Por eso, la Iglesia aprecia el deporte en sí mismo, como un campo de actividad humana en el que se pueden promover las virtudes de la sobriedad, de la humildad, del coraje y de la paciencia, y en el que se puede dar testimonio de haber encontrado realidades bellas, buenas, verdaderas y gozosas”.
En este sentido, el Papa también saludó los esfuerzos de la esta federación para convertir el hockey sobre hielo en un deporte “inclusivo y accesible a nivel mundial”, a través de directrices y normas que aseguren el orden dentro de la disciplina.