El líder de una banda criminal de Brasil, Clauvino da Silva, fue atrapado intentando escapar de prisión mientras usaba una máscara de silicón con la cara de su hija adolescente.

De acuerdo a los oficiales de turno en la cárcel, da Silva fue descubierto antes de lograr su cometido, porque se le veía bastante nervioso.

“Clauvino estaba usando una camisa rosada con un sostén negro abajo, tenía cabello largo y negro, jeans ajustados, sandalias blancas, un abrigo y unos lentes, pero aunque tenía la cara de una chica, sus movimientos no eran los de una mujer”, explicó un representante de la Secretaría Estatal de Administración de Cárceles de Río.

“Los oficiales sospechaban de su apariencia, particularmente porque estaba en el medio de otras siete mujeres visitantes que estaban yéndose de la prisión y que parecían que estaban rodeando deliberadamente para evitar que fuera visto claramente por nosotros”.

En un vídeo publicado por las autoridades brasileñas, se puede ver a da Silva utilizando su disfraz completo antes de que le obligan a desvestirse pieza por pieza por los guardias de la prisión.

Una vez que se quita la máscara de silicón con el rostro de su hija de 19 años, se puede ver el verdadero rostro del criminal de 42 años.

Clauvino da Silva es un temido narcotraficante de Río de Janeiro, líder del cártel “Comando Rojo” y tiene una condena de 73 años de prisión en la cárcel Gericino al Oeste de la ciudad por sus prácticas en el crimen organizado.

De acuerdo a las autoridades, la cárcel de alta seguridad de Gericino había estado cerrada a las visitas por semanas y los teléfonos de contrabando, así como la joyería y los beneficios por buena conducta fueron prohibidos, lo que habría causado el audaz e inusual intento de escape.

Da Silva, quien en 2013 logró escapar de prisión, ha sido trasladado hacia otro centro de seguridad.

Por su parte, las siete mujeres que presuntamente habían intentado ayudar al narcotraficante a escapar están siendo interrogadas en una estación de policía.

De haber funcionado el plan de da Silva, su hija, quien actualmente se encuentra en interrogación, podría haberse quedado presa hasta ser descubierta.

No es la primera vez que un presidiario intenta escapar suplantando la identidad de un visitante.

El año pasado, un fugitivo peruano drogó a su hermano gemelo que había ido a visitarlo y lo dejó cumpliendo su condena. Tomó un año para que las autoridades notaran que había un preso incorrecto y lo capturaran nuevamente.

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