Sao Paulo congrega en este momento la mayor cantidad de casos de Coronavirus en Brasil. Precisamente 1223 contagiados y 68 muertos. Para Joao Doria, con el enfoque y la poca importancia que le da Bolsonaro a la pandemia del COVID-19, el primer mandatario en su opinión «no está en plenas facultades mentales para poder liderar» al país.

Gobernador de Sao Paulo
Gobernador de Sao Paulo

Para Doria «no es razonable que un presidente de la República califique como gripecita a una crisis mundial como la del coronavirus con casi 30.000 muertos; tampoco es razonable que el propio Gobierno haga una campaña incitando a que las personas salgan de casa en el mismo momento que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las personas se queden en casa».

«Es un acto de profunda irresponsabilidad y falta de respeto al ser humano (…)»

Bolsonaro no cree los números de muertos en Sao Paulo

Por su parte Bolsonaro cuestiona el número de muertos anunciado por el gobernador Doria a quien además lo acusa de maquillar las cifras con fines políticos. «En Río de Janeiro, hasta los datos de ayer [jueves] había nueve muertos, y 58 en San Pablo. Sé que hay una diferencia de población, pero es una cifra muy grande para San Pablo» afirma uno de los mandatarios más controversiales de la pandemia mundial que ha puesto en jaque toda la economía global.

Recientemente entre sus tantas y polémicas declaraciones el presidente brasileño comparó las muertes por accidentes de tránsito con las ocasionadas por la propagación del virus. Asevera, que no es necesario detener la industria automotriz por que hay 60.000 pérdidas fatales en accidentes de tráfico al año.

Está claro que a pesar de que hay poco tiempo del mandato de Bolsonaro en Brasil, hay un juego electoral permanente, en el que el Coronavirus ha sido otra de las piezas fundamentales en la carrera por el poder en el senado y el poder ejecutivo de este país. Lo realmente preocupante es que el mundo es espectador de una situación que parece no tener dominio en los focos sin control de España e Italia y teme porque suceda algo similar en el continente Sudamericano.

Países vecinos como Argentina han tomado medidas drásticas en cuanto a la cuarentena y prevención para bajar los índices de nuevos casos de la enfermedad, con resultados poco eficientes, pero dispuestos a prorrogarlos tanto como sea necesario por el bienestar colectivo, mientras tanto, el jefe de estado brasileño sigue tildando como una “gripecita”.

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