La española Amparo Muñoz tenía solamente 19 años cuando ganó el certamen de belleza Miss España 1973, era una chica sencilla, que trabajaba como secretaria y vivía con sus padres y hermanos en Vélez- Málaga, el municipio de Málaga donde nació.
Cuando acababa de ser coronada como Miss España, un programa de televisión se desplazó hasta Vélez-Málaga para realizar una entrevista a ella y a su familia, sus padres manifestaron que en un principio no estaban de acuerdo con que su hija se metiese en el mundo de los concursos de belleza pero que al final claudicaron, Amparo describía su día a día: del trabajo a dar una vuelta y a tomar una copa con las amigas; los días de fiesta a bailar, a la playa y a las 10 de la noche en casa, pronto todo cambiaría radicalmente.
Amparo tenía una gran ilusión por hacer cine, su primera incursión en el séptimo arte fue una colaboración especial en la película «Vida conyugal sana», la siguiente fue «Tocata y fuga de Lolita», donde tuvo mucho más protagonismo, poco después de terminar tuvo que trasladarse a Manila, en Filipinas, donde se celebraría el certamen de Miss Universo 1974. Desde que llegó vio cosas que no le gustaron, además los ensayos, que duraron un mes, eran agotadores, Amparo recordaba que apenas dormía una o dos horas y era constantemente invitada, junto a otras chicas, a distintas fiestas cuyo ambiente distaba mucho de ser inocente y donde le propusieron que se dedicara a la prostitución.
Finalmente Amparo fue la ganadora del concurso y aunque recibió su triunfo con gran emoción a las pocas horas ya se sentía atrapada en un callejón sin salida, descubrió horrorizada que incluso la espiaban y pretendían inventarle una vida ficticia, la suya no les parecía lo suficientemente interesante, ademas le hacian ir de un evento a otro, lo cual le causó una crisis de agotamiento. Los médicos desaconsejaron que volara pero la organización hizo caso omiso de esta advertencia y obligó a Amparo a montar en avión, eso causó que nada más llegar a su destino se desmayara. Esa fue la gota que colmó el vaso y la entonces Miss Universo decidió consultar con un abogado para comprobar como podía romper el contrato, este le aconsejó que desistiera y aguantara pero ella no podía más, viajó a su Málaga natal y desde allí anunció a la organización que no iría a Tokio, que era su próximo destino, ni siquiera las amenazas pudieron con ella.
Fue un gran escándalo, ninguna Miss Universo había renunciado antes a su corona, a Amparo no le pesó en absoluto tener que devolver el dinero, los coches y los regalos que le habían proporcionado durante sus seis meses de reinado, años después contó que no conservaba ninguna amistad de su época en los concursos de belleza pero que nos les guardaba rencor, al contrario, les agradecía que le hubiesen abierto los ojos al mundo.