Un sacerdote fue asesinado al sur de Bogotá, la noche del pasado lunes, por un adolescente de nacionalidad Venezolana, quien aseguró que el presbítero Carlos Ernesto Jaramillo, de 62 años, lo acosaba sexualmente.
Por su parte, medios colombianos informaron: «Una inesperada situación se presentó el lunes 18 de febrero, sobre las 7:00 de la noche, en el sector Patio Bonito de la localidad de Kennedy. Allí, un joven de 16 años mató a un sacerdote. Al parecer y según reveló el responsable, lo hizo en defensa propia. Y es que, según sus declaraciones, el religioso, de 65 años, intentó abusar sexualmente de él en repetidas ocasiones”, expresó el periodista Edward Porras.
“Hay conmoción y asombro en un barrio de la localidad de Kennedy por la extraña muerte de un sacerdote a manos de un joven de 16 años, de nacionalidad venezolana. Dicen algunos residentes de la zona que el sacerdote era una persona muy cordial y que en varias ocasiones lo vieron acompañado de menores de edad que ingresaban a su apartamento. Al parecer, el último fue el joven que acabó con su vida», agregó Porras.
El sacerdote fue asesinado en su apartamento por una herida corto-punzante a la altura del cuello, y el joven se entregó a las autoridades. El sacerdote fue llevado a la Clínica de Occidente, donde minutos más tarde falleció.
Foto: Panorama
Ahora bien, el menor fue puesto en manos del Instituto de Bienestar Familiar colombiano, informó la Agencia Católica de Información ACI Prensa.
Algunas reacciones sobre el ocurrido
Según información de Noticias Caracol, los vecinos del sector declararon que el cura acostumbraba a llevar jóvenes venezolanos para ofrecerles su ayuda económica.
“Les brindaba comida, y decía que les iba a dictar charlas”, aseguró una vecina. “Yo no pienso ni creo que los sacerdotes sean así”, declaró otra vecina.
El diario El Tiempo, según testimonios de vecinos, manejó la versión de que por el caso fueron detenidos dos sospechosos que se encontraban en el apartamento. Incluso, puntualizó que una residente del lugar comentó que “uno salió encapuchado y otro se escondió. Estaba con sangre en los pies y los guardias de la portería lo retuvieron”.