Las protestas en Irak en rechazo a la corrupción y el mal estados de los servicios básicos ya han dejado un total de 19 muertos y más de un millar de heridos durante enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales, de acuerdo a Fatima al Halfi, miembro de la gubernamental Comisión de Derechos Humanos de Irak.
La mayor parte de las víctimas mortales durante los últimos tres días (10 muertos), se registraron en la provincia meridional de Di Qar, mientras que los heridos se han producido principalmente en la capitalina ciudad de Bagdad, con 440 en total, de acuerdo a al Halfi.
En este sentido, las fuerzas de seguridad han detenido a 210 personas en el contexto de las manifestaciones iniciadas el pasado martes con el fin de pedir justicia sobre la corrupción, así como menor desempleo y servicios básicos más eficientes en el país afectado por la guerra (2003-2011).
Asimismo, se inició un toque de queda durante esta madrugada que ha sido extendido. El mismo afecta a las provincias de Di Qar, Nayaf (centro), y Maysan (sureste), así como a la ciudad de Bagdad, donde fue decretado.
El acceso a Internet también fue suspendido en varias regiones del país.
A pesar de estas medidas sobre el tránsito público y el uso del Internet, las manifestaciones no se han detenido y, de hecho, por lo menos cuatro manifestaciones se registraron en la mañana de este jueves 3 de octubre.
Entre los puntos afectados por las protestas, se encuentra la plaza Al Tayaran, adyacente a Tahir, donde el martes se produjeron los primeros disturbios.
En algunos de estos puntos, los manifestantes corearon consignas en rechazo al gobierno iraquí y han pedido la renuncia del primer ministro, Abdel Abdelmahd, quien lidera desde hace un año un gobierno de perfil tecnócrata con el fin de hacer frente a los distintos problemas políticos y socioeconómicos que afectan al país del suroeste asiático.
Desde el inicio de la guerra de Irak con Estados Unidos y otras potencias de occidente, Irak ha sufrido un crecimiento en la corrupción, así como un deterioro de los servicios públicos, como la escasez de electricidad y agua potable. No obstante, estos problemas no se han solucionado en los últimos 8 años tras el final del conflicto armado.