Este miércoles fueron trasladados los cuerpos de las víctimas de los ataques a las mezquitas en Nueva Zelandia en ataúdes abiertos sobre los hombros de los dolientes hacia una gran carpa en el cementerio Memorial Park de Christchurch, en los primeros entierros de las 50 víctimas del “atentado terrorista”.
La mayoría de las víctimas del ataque perpetrado el viernes en la ciudad de la isla sur eran migrantes o refugiados de países como: Pakistán, India, Malasia, Indonesia, Turquía, Somalia, Afganistán y Bangladés, según información publicada por Reuters. Incluso, indicaron que el más joven era un niño de tres años, nacido en Nueva Zelanda e hijo de refugiados somalíes.
Las primeras dos víctimas enterradas, un padre e hijo llamados Khaled y Hamza Mustafa, llegaron al país oceánico huyendo de la guerra en Siria.
Zaid Mustafa, hijo y hermano de Kahled y Hazma Mustafa, victimas del ataque a mezquita, deja sus funerales, el primero de las 50 victimas del tiroteo. Cementerio Memorial Park en Christchurch, Nueva Zelandia, 20 de marzo de 2019/ FOTO: Mick Tsikas/via REUTERS.
“Una familia vino aquí por seguridad y debería haber estado aquí a salvo”, señaló la primera ministra Jacinda Ardern, quien visitó la ciudad por segunda vez desde la masacre.
Seis víctimas fueron enterradas
En medio de una fuerte presencia policial, cientos de personas acudieron a la ceremonia, algunos hombres con taqiyah, otros vistiendo shalwar kameez. Las mujeres, por su parte, llevaban hiyabs y pañuelos.
En total, seis víctimas fueron enterradas el miércoles y se esperan más ceremonias durante la semana.
Ardern detalló que el próximo viernes, el tradicional llamado a orar que realizan los musulmanes ese día de la semana se transmitirá en toda Nueva Zelandia. También informó que habrá dos minutos de silencio.
“Hay un deseo de mostrar apoyo a la comunidad musulmana cuando regresen a las mezquitas el viernes”, dijo la primera ministra.
Según el portal 24 horas la mezquita de Al Noor, donde más de 40 personas murieron, estaba siendo limpiada y reparada para las oraciones del viernes. Cerca del lugar, miembros de pandillas rivales hicieron un haka maorí y una multitud cantó el himno nacional con la puesta de sol.
Brenton Tarrant , de 28 años, un supremacista blanco que vivía en Dunedin, en la isla sur de Nueva Zelandia, fue acusado de asesinato tras el ataque. Deberá regresar al tribunal el 5 de abril, cuando probablemente enfrentará nuevos cargos.