Venezuela se encuentra sumergida en una profunda crisis, tanto política como económica y social, lo que la lleva a quedar a merced de un país muy lejano con una cultura muy diferente.
Maduro cree que la ayuda de Rusia es el camino para continuar en el poder, aún sin importarle si tiene que entregar los recursos de su país para ello.
Nuevo plan económico entre Venezuela y Rusia
El martes, ambos países anunciaron que Moscú «rescatará»a Caracas utilizando un plan de reestructuración de deuda.
«Pagarán de acuerdo con un nuevo calendario», indicó el ministro de Finanzas ruso, Sergei Storchak. Si bien los acuerdos son informales hasta el momento, el país latinoamericano no dejará ir la oportunidad de conseguir un alivio para sus finanzas. En 2018, Venezuela se amarró fuertemente a Rusia, y este país no dudó en hacer pie en América Latina con mayor fuerza que nunca.
Pero Rusia no propone avanzar con Venezuela solo económicamente, sino que tiene también planes políticos y militares. En diciembre, los tan temibles bombarderos nucleares rusos llegaron a Caracas demostrando su poderío. Muchos analistas se refirieron al respecto diciendo que se trató de una demostración de fuerza como anticipo de una instalación de una base militar rusa en Venezuela.
¿Rusia esconde otras finalidades tras el apoyo a Venezuela?
Stephen Donehoo, socio y director de McLarty Associates, dijo a CNN: «Rusia está usando a Venezuela. Venezuela está tan desesperado en buscar a alguien que les abra las puertas, porque ya en el hemisferio tiene esa capacidad… que se tienen que ir hasta Rusia para que les preste ayuda y tengan un museo con este avión que es tan viejo que ya tiene más de 30 años, para demostrar que tienen amigos en el mundo».
La economía de Venezuela depende del petroleo, el cual suma años de retroceso derivando en graves problemas para los ciudadanos a quienes día a día se les hace prácticamente imposible abastecerse de productos básicos como alimentos o medicamentos.
El lunes, Maduro anunció nuevas medidas económicas, sugirió privatizar empresas, algo realmente insólito en un régimen socialista como el que encabeza.