A pesar de que casi toda la controversia de marketing siempre gira en torno de la gama media, Xiaomi se esfuerza todos los días un poco más en posicionar un par de jugadores al año en la gama alta, para demostrar, no solo que son capaces de sacar hardware, software y diseño de competicion premium, sino para también dejar en visto, cómo ha madurado su identidad comercial y de que son capaces en un futuro cercano. El Xiaomi Mi 11 5G, llega a corregir pequeños errores de interacción del Mi 10 y dejar claro un solo paso de evolución consistente para su tope de gama.
Nuevamente, firman el compromiso con el diseño de lujo, proponiendo líneas finas sin mucho riesgo de distracción, eso sin duda lo dejan para los experimentos. El buque insignia, merece que lo reconozcan entre un selecto grupo de dispositivos que apuestan por la elegancia de sus muy pensadas formas, que permiten que los materiales, contornos y luces de colores se luzcan en mano.
En esta oportunidad, han trabajado curvas cuádruples más egocéntricas vestidas de Gorilla Glass Victus y provistas de sensores para “evitar la retroalimentación táctil involuntaria”.
Naturalmente, el Xiaomi Mi 11 5G lleva a bordo el Snapdragon 888 con una única configuración de RAM de 8GB LPDRR5 pero con 128 ó 256 GB de almacenamiento para escoger. Hablamos de un dispositivo con lo último de lo último, incluyendo Wi-Fi 6 y el nuevo protocolo de Bluetooth 5.2, que le permite conectar dos dispositivos de audio a la vez, así como también un mayor rango de cobertura y conexiones más estables.
La pantalla juega en las grandes ligas con una evolución de tecnología que ya debía sacar pecho en la generación anterior, pero se quedó recelosa hasta esta variante. Se trata de un panel WQHD+ AMOLED de 6.81” con tasa de refresco Adaptive Sync de 120 Hz y una tasa de muestreo impresionante de 480 Hz, lo que garantiza un rendimiento y fidelidad para los juegos sobresaliente, tal como los BlackShark trabajan para sus smartphone gamers.
Pareciera que en el Xiaomi Mi 11 5G se repiten los sensores de la generación anterior, pero en realidad no es así, ya que el sensor de 108 MP es nuevo, siendo un lente 1/1.33 (es gigante) con apertura F/1.85 y estabilizado ópticamente que permite una de las tomas de luz más naturales y arriesgadas de todos los gama alta del momento, superando incluso las de Apple o Samsung.
Le siguen un telemacro de 5MP, un gran angular de 123° con sensor de 13 MP y un selfie de 20 MP con modo nocturno. Pero el verdadero juego, está en las novedades a nivel de software que trae MIUI 12.5 que permiten sacarle mucho provecho a la hora de ser creativos con la toma de video o fotografía.
La batería se nota sacrificada a costas del diseño, con un módulo de 4600 mAh pero cubierta con una carga rápida de 55W, carga inalámbrica de 50W y carga inversa de 10W. Todo eso por 750 euros, un precio más que competitivo en una gama alta que ha tenido que recular en precio por las bajas ventas de teléfonos de más de 1000 euros que definitivamente son “solo para fans”.