Estamos completamente seguros que en algún momento (o muchos) te ha sucedido que luego de almorzar experimentas cierta somnolencia o cansancio, o por lo menos deseo de recostarte y dejar que tu cuerpo descanse y se relaje.
Esto no ocurre porque seas perezoso, de hecho es un proceso fisiológico que se denomina sueño post prandial o mal del puerco como le apodan. Es causado porque se ingieren alimentos con un gran contenido de azúcar que al ser transportados a partes como el cerebro, ocasionan que los niveles de triptófano suban disminuyendo así el estado de alerta en el cuerpo, o dicho de una manera más fácil, luego de comer los sistemas encargados del estado de vigilia en el cuerpo se apagan y la reacción natural de este es generar el sueño y la pesadez, que con las mínimas condiciones harán que nos quedemos dormidos.
¡No tomas decisiones si tienes el mal del puerco!
Trabajar o realizar algún proceso de importancia bajo estas condiciones suele ser molesto ya que las funciones cognitivas disminuyen lo que produce que el simple pensamiento o procesamiento de ideas sea una tarea pesada y difícil, lo que facilita cometer errores por obvios e inevitables que estos puedan resultar en condiciones normales.
El mal del puerco le puede afectar a cualquier persona sin importar edad o sexo, tampoco supone algo de lo que te debas preocupar, aunque su intensidad si será directamente proporcional a los alimentos que consumas, siendo el pan (dulce principalmente) chocolate, algunas pastas y los postres en general. Expertos no recomiendan evitarlo mediante actividad física aconsejando relajar el cuerpo por unos 15 o 30 minutos pero no más puesto que esto ralentizaría el proceso digestivo.
Otros síntomas además del sueño son la pesadez corporal, dificultad de concentración y en algunos casos mayores, confusión.