Es común que, al querer “aventurarte” en estilo de vida vegano, no tengas mucha certeza de su significado o de lo que sucederá con tu cuerpo en los primeros días.
Pero, si has tomado firmemente la decisión de dar un cambio sustancial a tu vida para mejorar tu salud, desligarte del maltrato animal y contribuir una forma sustentable de producción, con eso bastará para que tu voluntad no decaiga.
Los primeros días no serán fáciles, pero es la etapa donde más se aprende. Por lo queremos compartir algunas claves sobre este lapso de adaptación y contribuir a que no fracases en el intento.
1. La ansiedad será agobiante
Las primeras dos semanas serán las más duras. Dejar la carne y los antiguos hábitos alimenticios podrían generar en ti un síndrome de abstinencia. Es comparable a lo que sucede con los fumadores al intentar dejar el cigarro.
Utilizar nuevos ingredientes y aliños te podrán ayudar a superar esta angustia. Por ejemplo, el azafrán, hojas aromáticas, el tomillo, cúrcuma y eneldo y cualquier otro aliño nuevo para ti. Apreciar nuevos sabores coadyuvará a la motivación.
Si eres amantes de los postres, no es algo de lo que tengas que abandonar. Los postres veganos son tan buenos como los regulares. Podrás escoger entre recetas de helados, pudines, tartas, etc.
2. Te darás cuenta sobre tu adición a las harinas
El exceso de harina es tan perjudicial para tú salud como las carnes (o más). Si quieres ser cónsono con el cuidado de tu cuerpo, debes aprender a comer raciones moderadas de este rubro.
No obstante, no es algo de lo que debas prescindir por completo. Las harinas y productos fortificados aportan minerales y vitaminas esenciales que pueden resultar críticas en la dieta con base vegetal exclusiva.
Sí podrás seguir comiendo tus empanadas y las galleticas, pero podrías sustituir la harina de trigo por otros derivados de tubérculos y cereales como la avena, plátano, cebada y batata.
3. Mejor digestión
Pasarás por dos fases. Una de adaptación (aproximadamente de una semana) donde sentirás un poco de pesadez. Esto pasa porque las bacterias “buenas” de tu intestino se están adaptando a una constitución diferente del bolo alimenticio.
Luego entrarás a una nueva fase donde te olvidarás de la acidez, indigestión y malestares estomacales que comúnmente podrías haber sufrido.
4. Cuídate de la disminución de la masa muscular
Te recomendamos consumir una porción importante de vegetales crudos para evitar la pérdida de masa muscular de forma acelerada. También incluir el consumo de alimentos de alto valor biológico como soya, quínoa, trigo, cáñamo, sarraceno y garbanzos.
5. La cocina y los sabores: un mundo nuevo
La cocina se trasformó de un lugar para “picar” a un espacio para desplegar un arte, basado en colores y sabores. La agudización de las papilas y percepción neurológica te hará notar el dulzor de las bananas, la grasa de la palta o el agrio del tomate que antes no eras capaz de apreciar.