Un nuevo estudio inquietante podría hacer que los padres verifiquen tres veces las etiquetas de los alimentos para bebés.
Encargado por Healthy Babies Bright Futures (HBBF) y realizado por Abt Associates, el estudio descurbió que en los alimentos para bebés que probó, se encontró que el 95 % contenía productos químicos tóxicos, incluidos arsénico y plomo.
Según el estudio, de las marcas de tiendas populares probadas, una de cada cuatro contenía productos químicos tóxicos. Además de arsénico y plomo, también se encontraron cadmio y mercurio.
De los 168 alimentos para bebés probados para el estudio, los productos a base de arroz representaban una de las mayores amenazas.
“Las hojaldres y otros bocadillos hechos con harina de arroz contienen arsénico, plomo y cadmio en niveles relativamente altos en comparación con otros alimentos para bebés”, dijo el estudio, mientras que “las galletas de dentición y las galletas de arroz a menudo contienen arsénico, plomo y cadmio”.
Pero el principal culpable del arsénico en las dietas de los bebés resultó ser el cereal de arroz infantil, según el estudio.
“El arroz es una fuente principal de exposición al arsénico para los niños pequeños”, afirmó el informe, sugiriendo a los padres que sirvan a sus hijos “otros granos como la avena, el trigo y la cebada en lugar de arroz para ayudar a reducir la exposición de la sustancia en sus familias”.
Pero si los padres usan alimentos a base de arroz, se sugiere que el arroz se cocine en agua adicional “que se vierte antes de servir”, que puede “reducir los niveles de arsénico hasta en un 60 % según estudios de la FDA (FDA 2016 )”.
El arroz basmati cultivado en California, India y Pakistán tiene los niveles más bajos de arsénico, mientras que el arroz de Arkansas, Louisiana, Texas, “o simplemente” EE.UU. “tiene los niveles más altos, según el estudio. Esa información se basó en pruebas realizadas por Consumer Reports”, según el estudio.
Además de los productos a base de arroz, otros alimentos problemáticos incluyeron jugos de manzana, pera, uva y otras frutas, así como zanahorias y batatas, que “contienen niveles más altos de plomo y cadmio que otras frutas y verduras, en promedio”.
HBBF alentó a los padres a proporcionar a sus hijos agua del grifo y una variedad de frutas y verduras para evitar el riesgo de exposición a las toxinas dañinas.
La organización advirtió que los químicos en cuestión “pueden alterar permanentemente el cerebro en desarrollo, erosionar el coeficiente intelectual y afectar el comportamiento”.