Muchas personas llegan a un momento de sus vidas independientemente de la edad que tengan, en que ya no se sienten con el mismo ánimo y fuerza que antes. Puede que a lo mejor por una situación externa le haya tocado correr a equis lugar y ya no tenga la misma rapidez y fuerza en su sistema motor. Todo esto debido a que ha dejado de hacer actividad física.
Con el avance de la tecnología que se vive actualmente, el hombre empieza a suplir el aparato locomotor anulando la necesidad de realizar movimientos para desplazarse.
Todo esto, porque existen los vehículos y la existencia de aparatos de desplazamiento, como es el caso de los patines eléctricos. Aparatos o dispositivos que hoy en día hacen que la movilidad propia de los humanos sea mucho menor de lo que era en años anteriores.
Pero, en la población joven el uso de estos debería de desaconsejarse, ya que esto crea inactividad física desde edades muy tempranas, cosa es que dañina para el organismo. Generando que se padezcan enfermedades hipocinéticas.
Enfermedades Hipocinéticas
Son todas aquellas enfermedades en las que la inactividad física juega un papel muy importante. Resultando la obesidad, la diabetes tipo II y la hipertensión a edad joven.
Dichas actividades son las que en su mayoría deben de aparecer en la vejez, mas no en personas jóvenes las cuales deberían de estar sanas. Dando de esta manera lugar al envejecimiento prematuro a causa de la inactividad física.
¿De qué forma repercute el ejercicio en el organismo?
Respecto al sistema nervioso, las personas con una actividad física activa tienen menor riesgo de sufrir demencia.
A nivel cardiovascular, ayuda a que el corazón se fatigue mucho menos. Puesto que al realizar actividad física el corazón bombea más sangre en cada latido. Lo que significa que va a necesitar latir menos veces por minuto para proporcionarle al organismo el oxígeno necesario.
En caso de que la actividad física que se realice sea de mayor intensidad, se incrementa la capacidad que tienen los pulmones para absorber y transportar el oxígeno. Retrasando de esta forma la fatiga.
También se mejora la vascularización de las fibras musculares. Favoreciendo la captación de la glucosa y disminuyendo la concentración de esta.
La movilización del cuerpo hace que el tejido adiposo se oxide, que es el conocemos como grasa, para luego convertirlo en energía. Proceso que ayuda a mantener un control en el peso corporal y a evitar la obesidad.
¿Qué pasa cuando hay pérdida de actividad?
Diversos estudios han confirmado que las personas que no realizan ningún tipo de actividad física pierden masa muscular y ósea, aumentando de peso y deteriorándose la capacidad cardiorrespiratoria.
Por tal motivo, se recomienda que las personas realicen actividad física como un medicamente saludable ante cualquier enfermedad. Incluso ante la ausencia de las mismas, ya que permitirá mantener un organismo sano y preparado para cuando se llegue a la edad adulta.
Nunca es tarde para comenzar a realizar ejercicio, estos generan bienestar tanto físicamente como de manera anímica. Una persona activa físicamente lo va a demostrar en todos los aspecto de su vida.
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