Bien dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, desde luego esta historia lo corrobora, pero además nos muestra una fidelidad que va más allá de la muerte.
La historia del perro argentino Capitán
En 2005, Miguel Guzmán le hizo un regalo a su hijo Damián, un perro al que llamaron Capitán, lamentablemente Miguel falleció un año después y Capitán desapareció de la casa.
La familia Guzmán pensó que el can había fallecido o que tal vez alguien lo habría encontrado y adoptado, pero para sorpresa de todos, cuando fueron al cementerio, situado en Villa Carlos Paz, en la provincia de Córdoba, descubrieron al perro encima de la tumba de Miguel.
Los trabajadores y visitantes del lugar han declarado que el perro pasaba el día por los alrededores y al atardecer volvía frente a la tumba, por las noches dormía encima de ella.
Capitán ya no pudo más
En los últimos tiempos, debido a problemas en su cadera, ya no podía subirse. También tenía problemas de visión, estaba ya muy débil.
Capitán estaba muy bien cuidado, nunca le falto comida ni atenciones.
Hace pocos días lo encontraron muerto en el baño del cementerio, tenía ya 16 años.
Las autoridades han propuesto incinerar al animal, sepultarlo en una plaza y hacerle allí un monumento.
Sin embargo la FUPA (Fundación Proteccionista de Animales) propone que lo entierren en el cementerio, junto a su dueño.
Al ser un espacio público, el asunto deberá tratarlo el Concejo de Representantes.
La familia del dueño también quiere que el perro descanse eternamente junto a el.
El hijo de Miguel ha contado que cuando iban a visitarlo a veces les seguía hasta casa, se quedaba allí un rato y volvía de noche al cementerio.
La conmovedora historia de Capitán recuerda a la del perro japonés Hachiko, que pasó años frente a la estación de tren en la que diariamente recibía a su amo.