El 22 de noviembre de todos los años es celebrado internacionalmente el Día de la Música.

Hoy, en el Día de la Música y conoceremos el origen de esta celebración y su relevancia para la Iglesia Católica, que es donde se encuentra su origen.

En el año 1954 el papa Gregorio XIII nombró a Cecilia de Roma patrona de la música y los músicos, momento en el que pasó a ser Santa Cecilia. 

Cecilia de Roma

Cecilia fue una joven perteneciente a una familia católica noble romana de los Metelos, y ocupaba una posición importante dentro de la misma. Se había convertido al catolicismo desde una edad muy temprana.

En cierto momento, sus padres la dieron en matrimonio a un joven que, para la época, era considerado pagano, su nombre era Valerius (o Valeriano), todo esto en contra de su voluntad.

La historia cuenta que el día de la boda entre Cecilia y Valerius, mientras los músicos invitados se dedicaban a tocar cientos de piezas de amor, ella sólo estaba preocupada con entonar canciones a Dios, pues su vocación había sido entregarse por completo a Dios, cosa que no le fue posible por la obligación que le impusieron sus padres a contraer matrimonio.

A pesar de eso, en su corazón, Cecilia sólo tenía espacio para las cosas de Dios. Asimismo, tras haber celebrado su boda y como era de esperarse, Valerius esperaba poder estar íntimamente con la que ahora era su esposa, Cecilia.

No obstante, estando la pareja en la cámara nupcial, Cecilia le dijo a Valerius que no podía estar con él, pues ella había decidido entregar su virginidad enteramente a Dios y que un ángel guardaba su cuerpo constantemente de una manera muy celosa, por lo que Cecilia le pidió a su esposo que tuviese cuidado de no violar su virginidad.

Según la tradición, el diálogo se desarrolló de esta forma:

Cecilia: Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio, si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí.Valeriano: Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides.Cecilia: Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo, verás al ángel.

Valeriano decidió obedecer y fue a encontrarse con Urbano, momento en el que el papa lo bautizó y Valeriano volvió con Cecilia siendo católico.

Fue entonces cuando un ángel se apareció ante los dos y los ‘coronó’ como esposas utilizando rosas y azucenas. Durante esta experiencia Tiburcio, el hermano de Valeriano, se acercó a los esposos y fue convertido también al catolicismo.

Desde entonces, vivió junto a ellos en completa pureza.

Tras todos estos hechos, Cecilia murió torturada por los nobles de la época por haber convertido a su esposo y cuñado al catolicismo y no entregarse sexualmente a este primero.

Fue condenada a morir ahogada en su propio baño, sin embargo, sobrevivió a esto, por lo que la pusieron en agua hirviendo, a lo que también sobrevivió y el verdugo decidió cortarle la cabeza. Sorprendentemente, no logró degollarla, sino que lo único que pudo hacer fue dejar a la pobre mujer herida en su cuarto.

Cecilia vivió tres días más después de esto, en los que se dedicó a ofrecer limosnas a los pobres.

Día de los músicos 

Una de las características más marcadas de Cecilia er su afición por la música, mostraba un interés y más que eso una pasión muy profunda por la música y los instrumentos. 

“Ha demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música”, expresó el papa Gregorio XIII hablando acerca de Cecilia. 

Asimismo, el profesor de historia Jesús Ignacio Pérez-Perazzo, explica que, posiblemente, el causante de que Cecilia sea tan relacionada con la música haya sido el hecho de que ésta se haya formado en un instrumento, pues las familias patricias romanas (a las que pertenecía Cecilia) tenían la costumbre de que las mujeres tocasen el arpa o la lira como parte de su formación tradicional en la sociedad romana. Aunado a esto está el escrito que se encontró en las Actas de Cecilia, escritos anónimos que relatan su historia: »Mientras el horno estaba al rojo vivo (lugar donde intentaron hervirla) Cecilia cantaba al Señor diciendo…».

Todo esto hizo que el papa Gregorio la nombrase, el 22 de noviembre de 1954, la nombrase patrona de la música, pues figura como mártir íntimamente relacionada a este arte.

 

 

 

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