Tras varios días de duros enfrentamientos en Cataluña entre el pueblo independentista y las fuerzas de seguridad, la derecha española ha pedido al jefe de Gobierno español, Pedro Sánchez, que imponga medidas excepcionales sobre la región autónoma a tres semanas de las elecciones en el país ibérico.
“Quiero un gobierno de mi país que defienda a todos los ciudadanos (…) de los que cortan carreteras, de los que aplauden la violencia”, expresó el catalán de ultraderecha del Partido Ciudadanos, Albert Rivera, durante una concentración ante la sede del gobierno regional, en Barcelona, donde, además, exigió el cese desde Madrid del presidente separatista de la Generalitat, Quim Torra.
Durante la manifestación, convocada por el partido Ciudadanos, el pueblo español también dio su opinión sobre los hechos violentos suscitados en Cataluña tras el anuncio de la euroorden contra Carles Puigdemont y la decisión del ‘procés’ contra el expresidente catalán y nueve de sus colaboradores.
“[Los violentos] son unos salvajes, no hay otra palabra (…) El gobierno tiene que actuar porque todo esto es una vergüenza”, expresó Roberto Salas, un jubilado.
En la concentración a favor de la permanencia de Cataluña en España, los manifestantes también hicieron saber su sentir al grito de consignas como “¡Viva España!” y “¡Todos somos catalanes!”.
El pasado lunes, el pueblo independentista de Cataluña tomó las calles tras el anuncio de las condenas de hasta 13 años contra los líderes que impulsaron el referéndum del 1 de octubre de 2017, así como la declaración de independencia de la región autónoma española.
Estas protestas, se tornaron violentas con rapidez y hasta los momentos han dejado unos 600 heridos, entre los que se cuenta un policía en “estado muy grave” y una manifestante en “estado crítico”, de acuerdo a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
A pesar de que para el fin de semana las manifestaciones habían perdido intensidad, la derecha española, no obstante, ha aprovechado la oportunidad para reavivar la presión para intervenir la autonomía catalana como se hizo dos años atrás, en el 2017, tras el fallido intento de secesión.
No obstante, la ciudadanía catalana a favor de la independencia ha continuado manifestándose de manera tranquila y pacífica. De hecho, este domingo, de acuerdo a la policía, 2.700 personas acudieron a una protesta frente a la delegación del gobierno español y donde depositaron decenas de bolsas de basura.
“Los disturbios van a menos”, reconoció al respecto el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Se estima, que los daños ocasionados en Barcelona, la ciudad más turística de España, durante las manifestaciones iniciadas el pasado lunes, superan los 2,5 millones de euros, de acuerdo al consistorio municipal.
De acuerdo a un sondeo del pasado mes de julio, difundido por el mismo gobierno regional de Cataluña, un 44 % de los catalanes están a favor de la independencia, mientras que el 48,3 % está en contra.