Esta semana, la ciudad italiana de Venecia ha sufrido de inundaciones debido al aumento de la marea en 187 centímetros, cifra que constituye el nivel más alto alcanzado en La Ciudad de los Canales en más de medio siglo.
Esta crecida del agua en la ciudad ha provocado que las autoridades se vean en la necesidad de comprobar los daños sufridos en el patrimonio cultural, con el fin de asegurarse de que los grandes tesoros artísticos estén a salvo.
La primera supervisión está a cargo de la policía, los bomberos y protección civil en conjunto con técnicos del ministerio, y su atención se centra principalmente en la Basílica de San Marcos, símbolo del Cristianismo, el cual alberga mosaicos dorados de estilo bizantino, mármoles, esculturas, el tesoro santo, joyas, orfebrería en oro y plata, cristales y piedras preciosas.
El agua, que ingresó a la cripta de la Basílica a través de las ventanas, ha inundado completamente el centro religioso hasta los 120 centímetros de altura y de acuerdo al procurador del Templo, la evaluación del lugar ha dejado ver daños en las tumbas de los patriarcas, sobre todo por la absorción de la piedra del agua salada y sucia de la marea.
Por otra parte, el palacio Ducal también sufrió la entrada del agua en sus pisos bajos, por lo que permanecerá cerrado hasta mañana mientras se limpia y se llevan a cabo las pruebas de seguridad necesarias.
De acuerdo a los gestores del edificio gótico, las obras de artes y colecciones que se encuentran en su interior, estarían seguros y no han sufrido daños.
El Ministerio de Cultura, en este sentido, también ha confirmado que el patrimonio cultural móvil (obras y colecciones de arte) no han registrado problemas.
El museo Guggenheim, en el Gran Canal, también informó que sus importantes piezas vanguardistas del siglo XX se encuentran en buen estado y que los problemas solo se han presentado en áreas bajas del edificio, así como la taquilla y la tienda.
La Bienal de Arte también se encontró en buen estado y, de hecho, pudo reabrir sus exhibiciones en el Arsenal, mientras que el museo de Historia Natural deberá permanecer cerrado mientras se limpia.
No obstante, zonas públicas e icónicas de la ciudad italiana habrían sido las más afectadas por las inundaciones, y es que la famosa Plaza de San Marcos ha visto sus históricos cafés y restaurantes completamente afectados por el agua, el cual ha dejado la zona luciendo como una piscina olímpica.
Igualmente los edificios que componen sus calles y callejones se han visto fuertemente comprometidos, y de acuerdo a los supervisores “la infiltración de agua salada puede desatar fenómenos de degradación acelerada en los materiales de los muros”.
La última vez que se vio una inundación tan fuerte como esta fue en el año 1966, cuando los niveles de agua alcanzaron los 194 centímetros.