Libérate del machista que llevas por dentro
Aunque no lo queramos reconocer, la mayoría de nosotras las mujeres promovemos inconscientemente o sin darnos cuenta el pensamiento machista en nuestro entorno, con nuestras palabras y acciones cotidianas.
Si haces una autoevaluación objetiva sobre tu comportamiento, te podrás convencer a ti misma que tienes actitudes que favorecen el machismo, por ejemplo:
Cuando realizas críticas acerca de las prendas de vestir de otras mujeres con frases como «se merecía semejante abuso por vestir en forma tan provocativa», cuando dejamos de trabajar para que el marido nos «mantenga» perdiendo nuestra independencia económica, cuando te aterra la idea de quedarte sola o soltera, o haces comentarios como «eso no es para mujeres» ,e incluso te molesta o incomoda hablar sobre temas de sexo y criticas a aquellas que disfrutan de la plenitud sexual.
Si te miras en este espejo entonces estás sacando el machista que llevas por dentro y no sólo eso, también estás alimentando a diario a tus hijos e hijas con estas ideas sin proponértelo, pero te tengo buenas noticias, el mundo está cambiando vertiginosamente y estás a tiempo de transformar estas actitudes a pesar de que en esta época aún estén algo arraigadas en la sociedad.
Pasos para librarte del machista interno
Cambia tu forma de pensar: Internaliza que nuestra condición de mujer es solo un hecho biológico, esto no te resta en lo más mínimo ni derechos, ni deberes, tanto mujeres como hombres tenemos las mismas capacidades.
Así que sácate esa idea de la cabeza de que ser mujer es ser débil, de esta manera te sentirás más segura al afrontar los retos que se te presenten, y tendrás la energía y la convicción necesaria para superarlos sin ningún sentimiento de culpa.
Esto te dará más posibilidades de éxito y crecimiento en cualquier proyecto que emprendas.
Bríndale a tus hijos e hijas la misma educación sin distinguir su sexo: Seguramente haz cometido el error de decirle a tu hijo varón que no retire su plato de la mesa, y que tampoco lave los platos, pero a tu niña si le asignas tareas del hogar y le recalcas su condición de fémina.
Estas acciones contribuyen a encasillar a las chicas, en forma equivocada, en ciertas labores que según los hombres «son cosas de mujeres». ¡No fabriques machistas!
Cría a tus hijos con los mismos derechos y obligaciones, y verás que al convertirse en adultos no discriminarán por razones de género, enséñales respeto y consideración hacia todos por igual. Recuerda el machismo empieza por casa.
Independízate desde todo punto de vista: Recupera tu independencia económica, social, mental, familiar y emocional, deslástrate del absurdo pensamiento de que es el hombre el que debe llevar la batuta en tu hogar y en tu vida y que por tu posición de mujer tienes las mayores responsabilidades dentro de la familia.
Trata de generar tus propios ingresos e inviértelos en lo que quieras, comparte los deberes con tu pareja y no asumas que hay tareas para hombres y otras para mujeres.
Una cosa es estar enamorada de tu compañero y otra es creer que sin él no eres nada o que allí se acaba tu vida. La dependencia emocional no es sana ni es recomendable para nuestro bienestar y equilibrio mental.
No critiques a tu género: Evita hacer juicios o críticas negativas sobre acciones de otras mujeres, sobretodo si son cosas que no criticarías si las realizan los hombres. En muchos casos criticamos la infidelidad de una mujer, pero a los hombres los justificamos con frases como éstas: » Es normal. Todos los hombres son mujeriegos».
Borra de tu vocabulario los modismos machistas: «Ella es la mujer de Luis», «seguro que le dieron ese trabajo porque se acostó con alguien», «Esa mujer es muy exigente, por eso no tiene novio», corríge a tu pareja cuando te diga «ya te lavé los platos», «vas a salir asi? maquíllate» «depilate, pareces marimacho o feminazi», «sonríe que te ves muy seria», «tiene la inteligencia de su papá y la belleza de su mamá».
Como verás, los machistas se fabrican primeramente en casa y la sociedad se encarga de modelarlos, asi que en tus manos está romper con éste cliché histórico que aún en nuestros tiempos nos hace víctimas de abusos, discriminación, e injusticias por parte del sexo opuesto.