Nuestro cuerpo humano sigue generándonos interrogantes constantes y más en el mundo de la medicina. Incluso su evolución es una hazaña notable dado que hace que nos hayamos adaptado a una variedad de climas, dietas y actividades.
Pero éste no está exento de debilidades. A veces el sistema inmunológico se vuelve loco, el poder de bombeo del corazón disminuye o las mutaciones genéticas corrompen algún aspecto vital de nuestro metabolismo.
Por esa razón, hoy en Notiboom nos enfocaremos en 3 casos de enfermedades médicas extrañas.
1. Siempre joven
Mario Bosco es un actor de Hollywood de unos cuarenta años de edad.
Sin embargo, a pesar de sus años, este hombre de Brooklyn es confundido habitualmente con un niño de 14 años.
La apariencia juvenil de Bosco y su diminuta estatura son causadas por una condición conocida como panhipopituitarismo.
El panhipopituitarismo ocurre cuando la glándula pituitaria no secreta los niveles correctos de hormonas. Los síntomas de la enfermedad dependen de qué hormonas son deficientes.
Como es de esperar, la disminución de los niveles de la hormona del crecimiento conduce a retrasos en el crecimiento, mientras que una disminución en las gonadotropinas causa un retraso en el desarrollo sexual.
Bosco pasó gran parte de su juventud dentro y fuera del hospital. Tenía problemas médicos graves cuando nació, como convulsiones, niveles bajos de azúcar en la sangre y problemas de tiroides.
Los niveles anormales de hormonas de Bosco significaron que su cuerpo no maduró correctamente.
Hoy en día, mide apenas 147 centímetros.
2. La gente azul de Kentucky
Durante la década de 1960, un hematólogo y una enfermera se embarcaron en una aventura bastante extraña. Se encargaron de encontrar a la escurridiza “Gente azul de Kentucky”.
Ruth Pendergrass había visto a una de las personas azules mientras trabajaba como enfermera en una clínica en Hazard, Kentucky.
“Su cara y sus uñas eran casi azul índigo. Parecía que estaba teniendo un ataque al corazón”, contó Pendergrass.
En reacción Pendergrass decidió asociarse con el hematólogo Madison Cawein para averiguar qué estaba sucediendo.
La pareja recorrió Skype Creek y Ball Creek, donde se sabía que vivían las personas azules. Pero Pendergrass y Cawein salieron vacíos.
Un día, dos hermanos azules entraron a la clínica de Cawein y el médico se puso a trabajar para averiguar qué estaba mal.
“Fueron un infierno azul”, remarcó.
Tomó muestras de sangre de sus nuevos pacientes, Patrick y Rachel Ritchie. Y descubrió que la sangre de la gente azul carecía de una enzima clave.
La enzima faltante se encuentra generalmente en los glóbulos rojos y es necesaria para convertir la metahemoglobina azul en hemoglobina roja.
La condición de la Gente Azul (metahemoglobinemia hereditaria) significaba que sus glóbulos rojos eran pobres en oxígeno, de ahí su color de piel azulada.
La investigación de Cawein mostró un tratamiento simple: el azul de metileno.
A los pocos minutos de administrar el tratamiento, la piel de la Gente Azul se volvió un tono rosado normal. El caso fue resuelto.
¿Por qué había tanta gente azul vagando por los arroyos de Kentucky?
La condición se remonta a 1820 cuando un francés de piel azul, Martin Fugate, se instaló en Troublesome Creek.
Fugate se casó con una mujer que también tenía el gen recesivo de la metahemoglobinemia.
Una persona solo contrae la enfermedad cuando hereda dos genes defectuosos, uno de cada padre. Como resultado de la composición genética de sus padres, cuatro de los siete hijos de Fugate heredaron la piel azul.
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3. Trastorno de excitación genital persistente
La enfermera de A&E, Kim Ramsey, solía tener hasta 100 orgasmos al día. Este continuo estado de excitación comenzó en 2001 después de que cumpliera 46 años de edad.
Desde ese día, Ramsey ha luchado contra una condición conocida como trastorno de activación genital persistente (PGAD).
PGAD es un sentimiento no deseado e incontrolable de excitación genital que puede durar horas o días.
La condición afecta principalmente a las mujeres, pero se han documentado algunos casos en hombres.
Si bien la PGAD sigue siendo poco conocida, los investigadores creen que la enfermedad está enraizada en problemas psicológicos, neurológicos y vasculares.
Muchos pacientes con PGAD sienten que están constantemente al borde del orgasmo, con síntomas que a menudo se manifiestan en lugares públicos.
La excitación a veces se acompaña de dolor pélvico y malestar.
Una residente de Carolina del Sur, Heather Dearmon, comenzó a experimentar síntomas similares durante su embarazo.
La joven de 34 años esperaba que el problema desapareciera después de dar a luz a su hijo. Pero el problema persistió durante años y sus síntomas se hicieron más frecuentes.
Dearmon se masturba a tres orgasmos consecutivos para aliviar sus síntomas.
Debido a la naturaleza vergonzosa de la PGAD, muchas mujeres reportan sentirse suicidas y deprimidas.
En 2012, Gretchen Molannen se suicidó después de vivir con PGAD durante 16 años. Antes de su muerte, Molannen describió una de sus peores experiencias:
“Todavía no había recibido tratamiento médico ni ningún tipo de medicamento. Tuve 50 orgasmos seguidos. En una fila. Sin escalas. Pensé que iba a morir”.
No hay cura conocida para PGAD.