En 1991 Freddie Mercury, el principal vocalista de la banda QUEEN, estaba en muy mal estado de salud a causa del sida. Aunque no lo reconoció públicamente hasta el día antes de fallecer, era ya un secreto a voces.
Freddie, tal vez presintiendo que no le quedaba mucho tiempo en este mundo, tuvo el afán de dejar el mayor número de composiciones y grabaciones posibles. De ese periodo salieron canciones tan míticas como «The Show Must Go On» («El show debe continuar).
El show debe continuar
El baterista de la banda, Roger Taylor, compuso un tema titulado «These Are a Days of Our Lives» («Estos son los días de nuestras vidas»). En un principio esta canción se la habían inspirado sus hijos pero, debido a la situación, al final tomó otro sentido.
Cuando se grabó el videoclip de este tema Freddie estaba ya muy demacrado, con dolores, pero siempre dispuesto a dar lo mejor de sí mismo. Hubo que maquillarlo para que no se notaran demasiado los estragos que la enfermedad había hecho en el rostro de este gran artista. Se grabó en blanco y negro para que no se notase su extrema palidez.
La letra, como muchas otras del disco «Innuendo», donde fue incluida la canción y que salió cuando ya Freddie había fallecido, está llena de frases que podrían identificarse con lo que el propio artísta estaba sintiendo.
Esta en particular habla del pasado que no vuelve, cuando todo parecía tan fácil y donde no se veía el peligro. De que las agujas del reloj no pueden volver atrás. En el video se puede ver como sus compañeros de banda y amigos apenas pueden mantener la compostura, seguro fue un amargo trago, cualquier día de trabajo podía ser el último que pasaran juntos. Alguien comentó muy acertadamente que Brian May parece que hace llorar a su guitarra durante un solo. La interpretación del cantante fue perfecta y el tema un gran éxito.
Las miradas de Freddie a cámara son muy significativas. Sobre todo la última. En el documental «Days of Our Lifes» («Días de nuestras vidas»), el guitarrista Brian May comenta que puede verse sobre todo cuando al final de la canción y después de mirar arriba y decir «I Still Love You» («Te sigo amando») se queda unos instantes mirando al frente y sonriendo, como burlándose de su fatal destino y a la vez despidiéndose de su público, aunque Freddie siempre estara.
Después el maravilloso interprete hace una pequeña reverencia, desaparece de escena y solamente se ve un fondo negro. Fue la última toma de su vida.