La violencia de genero es un problema cultural que no deja de estar latente en la sociedad, y ahora con las medidas de prevención por la pandemia del covid-19 es un problema que se ha hecho más grande. Por lo que muchas mujeres quedaron encerradas en sus casas con su agresor, elevando las cifras de fallecimiento por violencia doméstica.
A partir del mes de marzo, muchos centros de atención e institutos para la protección han atendido cientos de llamadas en su línea de alerta por pedidos de ayuda de mujeres en sus hogares.
Sin embargo, existen muchas por no decir que cientos de mujeres que no buscan ayuda y guardan silencio absoluto respecto al hecho de estar siendo maltratadas y abusadas. Pero existen muchos escenarios para reconocer a un agresor, muchas pistas de acuerdo a la conducta de una persona agresora y una que está siendo maltratada.
El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Por lo que nos parece un tema importante de indagar y dar a conocer algunos rasgos característicos de un posible agresor.
No es que exista un perfil determinado, pero si alguna serie de comportamientos que pueden dar pistas y ser de ayuda para que se actúe a tiempo y se evite una tragedia a futuro.
Señales que se estudian bajo lupa cultural
La cultura y la sociedad juegan un papel importante al momento de reconocer ciertos elementos, sobre todo cuando la educación tiene un impacto importante en los niños para convertirse en hombres agresores.
La profesora Magdymar León, de la Universidad Central de Venezuela explicó que una característica común en un agresor es la concepción de que una mujer no está en igualdad de condiciones, lo que significa que es una persona sobre la cual se puede ejercer algún poder.
Un ejemplo de esto se puede dar con la pareja, hija o incluso una empleada, en la que por el simple hecho de ser mujer se le considere como que no tiene los mismos derechos o las capacidades de un hombre.
Este tipo de pensamientos mayormente son una concepción basada en un contexto social o familiar. En donde además se permite y admite el uso de violencia como una herramienta normal y legitima para resolver algún problema.
¿Cómo se identifica al agresor de mujeres?
Lo más común es a través de las expresiones verbales y comportamientos implícitos que denoten la descalificación hacia todas las mujeres. Como dar alusiones de que la mujer no tiene la capacidad suficiente para el desarrollo de una o varias actividades.
Así como no dejarla asistir o que tenga participación a ciertos espacios, que existan insultos, manipulaciones, actos de control y engaños. Como se ve mucho el caso de la imposición respecto algún tipo de contacto sexual no deseado.
Entre algunas señales para identificar a un modelo de agresión verbal se encuentran frases como “No me has puesto el almuerzo”, “La comida esta horrible, no la voy a comer”, “No hables porque viene gente” y muchas otras que reflejan violencia.
Un factor repetitivo y común es el hecho de que ofenden y por la noche lloran y se disculpan, prometiendo que no volverá a suceder. Pero esto es completamente falso, ya que las agresiones van en aumento con el pasar del tiempo.
Si tú como mujer ves alguna conducta inadecuada, debes de pararte y buscar ayuda, quedarte en casa esperando que las cosas mejoren solo generarán más violencia
La sociedad debe estar alerta
Las señales únicamente no sirven para que se tenga una reacción individual, por lo que las mujeres no deben de sospechar que todos los hombres son agresores ni tampoco que ellas son las responsable de poner fin a la violencia.
Se trata es de que toda la sociedad se encuentre alerta para no seguir reproduciendo las condiciones que llevan a un hombre a violentar a una mujer. Las conductas se tratan desde el hogar, los valores y el respeto se inculcan en un niño desde que este es pequeño.
La violencia de género es un problema que inicia en casa, ya que un niño repite las conductas que ve. Como que el papá insulte o maltrate a la mamá o que la hermana sea la que tiene el deber de limpiar la casa. Estas cosas los pequeños la empiezan a ver normal y creen que así sucede en todas las familias, cuando esto no es cierto.
Los prototipos de violencia son construidos en una sociedad excluyente, en la que no se valora el papel de las mujeres a lo largo de la historia.
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