De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un total de 514 personas han muerto en América mientras migraban en lo que va de 2019, lo que representa un incremento del 33 % en comparación con el mismo período del año anterior.
Los datos ofrecidos por la OIM detallan que la mayor parte de los fallecidos provienen de Venezuela, quienes lideran la lista con 89 nacionales muertos, seguidos por Haití (59), Guatemala (55) y Honduras (42). Asimismo, se desconoce la nacionalidad de 178 migrantes fallecidos en el continente.
La OIM asimismo detalla que de los 514 fallecidos hasta el 14 de agosto de 2019, 67 eran mujeres y 40 eran niños. Cerca de la mitad de las víctimas se reportaron en la frontera sur de los Estados Unidos en contraste con 151 en el Caribe, 80 en Centroamérica y 30 en América del Sur.
No obstante, Joel Millman, vocero de la OIM, aclaró que estas cifras no incluyen a los 11 fallecidos bajo custodia en Estados Unidos en lo que va de año, pues al haber estado detenidos por un largo tiempo, ya no entraban en la estadística de la organización.
Millman aseguró que el proyecto nunca había superado la barrera de las 500 víctimas antes de finalizar el mes de agosto de cada año.
En 2017 y 2018, de hecho, no lo alcanzó sino hasta octubre y en 2014, año en el que se fundó la organización, ni siquiera se llegó a ese número.
Aguas traicioneras
La agencia migratoria de Naciones Unidas ofreció los detalles a través de una rueda de prensa desde Ginebra, donde explicaron que la principal causa de muerte entre migrantes americanos fue la de ahogamiento en mares o ríos, con 259 muertes en total.
A este número le siguieron 65 muertes en accidentes de tráfico, mientras que los 190 restantes fallecieron por otros factores como accidentes de tres, deshidratación, crímenes, homicidios y enfermedades.
Por su parte, EFE detalló que la mayoría de los venezolanos fallecidos, el grupo migratorio más afectado según los datos de la OIM, perdieron la vida en naufragios en las aguas caribeñas.
Vale recordar que entre abril y mayo, 67 venezolanos desaparecieron en dos naufragios de sendos botes que intentaban llegar a Trinidad y Tobago, la isla caribeña más cercana a las costas venezolanas.
Asimismo, en junio se le perdió la pista a otros 21 migrantes al hundirse el bote que los transportaba hacia la isla de Curazao desde el estado Falcón.