En los últimos días, ha sonado el nombre del John Acquaviva. Los hilos de comentarios en Twitter y Facebook sobre este personaje salen por dondequiera. En esta última red social, cuenta 74K de seguidores, lo cual es una cifra modesta. No es tan grande como para tener el impacto que, al parecer, ostenta.
En este artículo, más allá de ofrecer una opinión sobre este personaje, analizaremos el fenómeno de una nueva raza de influencers políticos y las reacciones que pueden desatarse a partir de aquí.
Una nueva raza “influyente”
Esta, la generación de influencers, es amada por los jóvenes y controvertida entre los adultos. En este sentido, los estándares de calidad de la información que consumes, podría ser distinta en comparación a una década atrás.
Es decir, que la fuente información más común y generalizada venga de personajes particulares, con “formación” dudosa, prejuicios y opiniones muy particulares, sin estar sujetos a sanciones y altamente “virales” hace que sean un asunto álgido y debatible. Sobre todo, cuando se trata de política.
Acquaviva ¿un especialista en debates?
Este personaje, venezolano se autodenomina “experto en debates y vocero de verdades incómodas”. Su eslogan despierta suspicacias de entrada. Ciertamente, es un título positivo con el que bien podrías honrar a tercero. No obstante, cuando alguien se refiere a sí mismo de esta forma, denota un ego bastante grande.
Este perfil de influencers políticos tampoco es algo nuevo. Son muchos los podcasts y canales que asoman comentarios duros contra gobernantes, sin miedo a ser sancionados (por eso de que “las redes lo aguantan todo”).
En primer lugar, llama la atención que los comentarios contra John Acquaviva vienen de sitios diversos que, necesariamente, no tienen que ver con política. Aun así, coinciden en estimarlo como alguien radical y molesto por sus comentarios en las redes sociales. Pueden ver aquí un video que sintetiza este fenómeno.
En segundo lugar, los comentarios vienen de todas las tendencias políticas (derecha, centro, izquierda, etc). Inclusive, en Venezuela se tilda como molesto. Un país altamente polarizado, donde pocas tesis logran ser consensuadas.
Nueva forma de ganar un debate por las redes
Los debates pueden ganarse con argumentos, por cansancio del contrincante y por “porfiado”. John parecen tener bien marcados los dos últimos dotes. En su página, podemos ver que caza y agota debates con quien sea. La meta es ser el último en hablar. Su sed de “ganar debates” no excluye a los hostiles y trolls.
Su verbo radical ha abordado personalidades como Nicolás Maduro, Donald Trump, La Divasa, Sheryl Rubio, la religión musulmana, entre otros temas para generar polémica.
¿Qué podría aspirar Acquaviva?
Desde el 2014, su aparición en las redes sociales lo hizo ser etiquetado por el gobierno de Nicolás Maduro como “terrorista”. Por esta razón, migra a Inglaterra.
Por lo contrario, sus discordias reiteradas contra lo que representa Juan Guiado, el líder con más alto perfil de la oposición venezolana, lo hacen figurar como un joven “presidenciable”. ¿Será esto lo que aspira?
¿De dónde viene Acquaviva?
Es oriundo de Maracaibo (Venezuela). Se trata de una persona formada académicamente (al parecer) y con criterios de extrema derecha. Tiene ascendencia europea y sus raíces le han permitido vivir bien acomodado en Inglaterra desde hace unos años. Aquí un video de su vida actual.
Su arrogancia es lo que más molesta
Tiene el privilegio de un léxico alejado de los modismos. Pero su arrogancia molesta a muchas personas. Sus comentarios atrevidos le han costado varias denuncias por fomentar el odio, por hacer referencia a los musulmanes en UK.
¿Podría ser el próximo presidente de Venezuela?
Es un personaje que transmite seguridad, pero poco empático. Su forma de referirse a los demás es tosca y se vale mucho de la repetición para poder hacer llegar su mensaje.
Bien podrían ser presiente de este país si el discurso retórico y polarizador sigue siendo un factor decisivo.