Este jueves falleció Marko Feingold, quien fuera el superviviente del Holocausto más viejo de Austria, así como el presidente de la comunidad judía de Salzburgo, informó el diario local Kurier en su versión electrónica.
Feingold nació el 28 de mayo de 1913 en un poblado de Eslovaquia y tenía 106 años de edad para el momento de su fallecimiento. No obstante, vivió la mayor parte de su vida en Viena, donde fue al colegio y se formó como empleado comercial.
En mayo de 1939, a la edad de 26 años, Feingold escapó a Praga tras la anexión de Austria por parte de los Nazis. Sin embargo, fue detenido por la Gestapo en la mencionada ciudad checa y fue deportado a una serie de campos de concentración y exterminio, los cuales sobrevivió de manera milagrosa.
De hecho, hasta 1941, Feingold estuvo recluido en el campo de concentración de Auschwitz y luego fue deportado a otros tres campos en Alemania. El primero fue el Neuengamme.
Al respecto de esta deportación, Feingold afirmó: “Me dijeron que tenía tres meses de vida. Era verdad, pues, después de dos meses y medio, estaba a punto de sucumbir al cansancio cuando por suerte pude formar parte de un convoy para Neuengamme”.
Tras su paso por el Neungamme, Feingold fue deportado nuevamente y trasladado hacia Dachau y finalmente a Buchenwald, de donde fue liberado en 1945 por tropas estadounidenses.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial y como único superviviente de su familia, Feingold se trasladó hacia la ciudad austriaca de Salzburgo, a unos 300 kilómetros al este de Viena, donde terminó viviendo por el resto de su vida y construyendo lazos con la comunidad judía de la zona.
Durante estos primeros años posguerra, Feingold, asimismo, ayudó activamente a la evacuación clandestina de decenas de miles de judíos supervivientes del Holocausto desde Europa central hacia Palestina.
Tras su jubilación, Feingold se dedicó a educar a través de conferencias en colegios sobre el judaísmo, el antisemitismo y sus peligros a través de sus vivencias. También fue activo en el diálogo interreligioso.
En este sentido, Feingold siempre decía en sus conferencias que “la historia, también la más oscura y más inhumana, se puede repetir”, como advertencia sobre la intolerancia y el odio a las comunidades minoritarias.
Por otra parte, Feingold recibió una serie de condecoraciones oficiales del Estado austriaco y del estado federado de Salzburgo por su trabajo continuado por la reconciliación tras el Holocausto.