Este lunes, una familia de mormones estadounidenses asentados en México desde hace varias décadas fue brutalmente asesinada por parte de los grupos del crimen organizado que imperan en la zona entre Chihuahua y Sonora.
De acuerdo a la BBC, al menos nueve miembros de la familia perdieron la vida en la emboscada armada durante un viaje en automóvil con 14 niños, de los cuales seis perdieron la vida en el ataque, mientras que los ocho restantes lograron escapar.
Las otras tres víctimas mortales fueron tres mujeres, madres de los niños, quienes se dirigían desde un asentamiento en la localidad de Bavispe, en el estado de Sonora, hasta otro en La Mora, Chihuahua.
“Fue una masacre”, declaró a la prensa Julián LeBarón, uno de los miembros de la familia, quien añadió que el norte de México, donde los LeBarón residen, “es una zona de guerra y desde hace tiempo estamos pidiendo ayuda”.
De acuerdo a Julián LeBarón, quien detalló que el viaje que realizaban los 17 familiares era uno rutinario, todavía se desconoce quiénes son los hombres armados que realizaron el ataque.
“No sabemos, aquí operan los carteles y todo tipo de matones”, aseveró LeBarón con respecto a la actividad criminal y del narcotráfico entre Chihuahua y Sonora.
LeBarón además aseguró a Radio Fórmula que antes de los asesinatos, la familia había recibido amenazas.
Se denunció que hubo amenazas e informamos a las autoridades (federales). Hubo la denuncia y estas son las consecuencias.
No es la primera vez que la familia estadounidense se ve afectada por los cárteles de las drogas en México. Fue en el año 2009, de hecho, cuando protagonizaron sus primeros titulares con el secuestro del joven Erick LeBarón, de entonces 17 años, y por cuya liberación se exigió 1 millón de dólares.
La familia públicamente se negó a pagar el rescate y se manifestó en contra de la galopante inseguridad en la región durante la guerra contra el narcotráfico declarada por el entonces mandatario, Felipe Calderón.
Meses después, Erick fue liberado. Sin embargo, Benjamín LeBarón, el hermano de Erick y Luis Widmar Stubbs, otro miembro de la comunidad mormona, fueron secuestrados y asesinados.
Este crimen fue una respuesta al activismo contra el crimen organizado de la familia LeBarón.
La familia atacada se trata de los LeBrón, un grupo de mormones que comenzaron a residir en la zona norteña de México en 1924 con Alma Dayer LeBarón en la cabeza, luego de haberse separado de la organización religiosa en su natal Estados Unidos.
A pesar de haber residido en México por tantas décadas, la familia LeBarón mantuvo su idioma materno, el inglés, debido a la vida aislada que mantuvo.
La familia LeBarón fue la fundadora de la iglesia del Primogénito de la Plenitud de los Tiempos en 1955 y vivió principalmente de la producción de las nueces.
Disputas entre el narcotráfico y por el agua
El norte de México es una zona con fuerte actividad criminal, debido a los diferentes cárteles del narcotráfico que se disputan la región.
Estos grupos criminales serían los de “La Línea”, vinculados al Cartel de Juárez, y “Los Chapos”, que son parte del Cartel de Sinaloa.
Por otra parte, la familia LeBarón había tenido problemas con las comunidades aledañas a sus asentamientos, por el excesivo uso del agua por parte de la numerosa familia para el cuidado de los árboles del nogal.
De acuerdo a los agricultores y las comunidades autóctonas, la “sobreexplotación del agua” por parte de los LeBarón había dejado sin el líquido a los locales.