Este viernes, la justicia de Brasil ordenó la excarcelación de Luiz Inácio “Lula” da Silva, expresidente de la nación suramericana, luego de que el Supremo Tribunal Federal (STF) adoptara una medida el jueves por la noche que determina la ilegalidad de mantener en prisión a un acusado que no ha agotado todos sus recursos de apelación.
Con base a esta medida del poder judicial, la defensa del exmandatario y líder del Partido de los Trabajadores (PT) solicitó su excarcelación, quien se encuentra tras las rejas en una prisión de Curitiba desde el 7 de abril de 2018.
Fue el juez Danilo Pereira quien aceptó el recurso del equipo de abogados de Da Silva, permitiendo que el exmandatario pueda abandonar la prisión. Al respecto, los abogados solicitaron este viernes la mayor rapidez posible en el proceso de liberación del ex jefe de Estado.
No obstante, queda la posibilidad de que Da Silva pueda abandonar la cárcel de forma inminente, por lo que una tarima ha sido instalada frente al edificio por el que el líder político saldrá con el fin de que ofrezca su primer discurso en más de un año antes de retirarse a su casa en la ciudad de Sao Bernardo, en Sao Paulo, para estar con su familia.
En este sentido, numerosos simpatizantes del expresidente, se han congregado ya frente en los alrededores de la prisión, donde esperan por ver a Da Silva salir. De hecho, muchas de estas personas han permanecido en la zona desde su encarcelación en vigilia, exigiendo la salida del político acusado de corrupción.
Hasta el momento, el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha mantenido el silencio ante la decisión del Supremo Tribunal, cuyos magistrados votaron seis a cinco a favor de Da Silva y cada uno de los reos cuyas condenas todavía no sean firmes.
La condena en segunda instancia contra Da Silva determinaba que el político de izquierda debía cumplir ocho años y 10 meses de prisión por haber recibido un apartamento en la playa por parte de la constructora OAS, a la cual el expresidente habría adjudicado contratos con la estatal petrolera, Petrobras.
Sobre Da Silva, no obstante, pesan otros dos casos similares para los que ya tiene condena de ocho años y 11 años, sin embargo estas decisiones judiciales todavía no son firmes y Da Silva asegura que solo son parte de una caza de brujas en el marco de la operación anticorrupción Lava Jato, la cual reveló enormes sobornos tanto en Brasil como en el resto del continente.
Da Silva también espera que el Supremo tome una decisión para un recurso de habeas corpus interpuesto por la defensa del exmandatario, la cual alega que el exjuez y actual ministro de Justicia, Sérgio Moro, respondía a intereses propios cuando falló en contra del izquierdista.
Luiz Inácio “Lula” da Silva fue el presidente de Brasil entre el año 2003 y el 2011 y, hasta el momento, es uno de los políticos de Brasil que más polarización causa en el país suramericano. No obstante, cuando terminó su segundo mandato (2007-2010), Da Silva finalizó con altísimos índices de popularidad por haber sacado a millones de brasileños de la pobreza.