De acuerdo al corresponsal militar David Axe, en un articulo escrito a través de su blog WarIsBoring, 17 aeronaves estadounidenses de quinta generación fueron gravemente dañadas por el paso del huracán Michael en la base aérea Tyndall, lo que constituiría un 10 % de todas las aeronaves construidas hasta la fecha.

Cada unidad esta valorada en 380 millones de dólares y la pérdida de los 17 aviones tendría un valor de 6.460 millones de dólares, una cantidad que sin duda resulta dolorosa para cualquier país, incluido Estados Unidos.

Según el autor, algunos de los F-22 dañados pueden ser reparados, pero de igual forma será un esfuerzo muy costoso, pues estos ya no se encuentran en fabricación y cada reparación podría ser única en su clase.

Al explicar el por qué no todos los aviones fueron evacuados, el autor indicó que «algunos de los que quedaron eran incapaces de volar» y fueron almacenados en los hangares.

El autor cita estadísticas reveladas por la Fuerza Aérea sobre la disponibilidad para el combate de los F-22 y resulta que solo la mitad de estos cazas están operativos para su despegue. Los demás se encuentran en reparación o carecen de los equipos esenciales para realizar misiones de combate

Este problema llevaría a los técnicos de Estados Unidos a ‘sacrificar’ unos F-22 para poder llevar otros a los cielos.