Greta Thunberg, la activista climática adolescente cuyas huelgas escolares han inspirado a millones de personas en todo el mundo, ha rechazado su último premio ambiental, el Premio Ambiental del Consejo Nórdico, calificándolo de “gran honor”, pero en última instancia no ha aceptado el premio de $ 52.000.
Anteriormente, Thunberg fue nominada para el Premio Nobel de la Paz y ganó el Premio Right Livelihood del año 2019.
Incluso, en el año 2018, rechazó el Premio del Clima Infantil porque los finalistas tuvieron que volar a Estocolmo para asistir a la ceremonia, una medida que Thunberg sintió que solo contribuiría al calentamiento global.
Recientemente, Thunberg cruzó el Atlántico en un velero de cero emisiones para evitar los viajes aéreos antes de pronunciar su discurso icónico en la Cumbre de Acción Climática de la ONU.
Thunberg rechazó la aceptación de su último premio debido en parte a sus obligaciones en el Youth Climate Strike en Los Ángeles, donde los incendios forestales sin precedentes están devastando la región. Dos compañeros activistas climáticos fueron enviados como sustitutos de Thunberg.
En una publicación de Instagram que explica el razonamiento detrás de su decisión, Thunberg dijo: “El movimiento climático no necesita más premios. Lo que necesitamos es que nuestros políticos y las personas en el poder comiencen a escuchar la ciencia actual y mejor disponible”.
Su decisión de declinar también estuvo determinada por lo que ella percibe como inacción climática nociva específica de los países nórdicos.
“Los países nórdicos tienen una gran reputación en todo el mundo cuando se trata de problemas climáticos y ambientales. No hay falta de alarde de esto. No faltan palabras hermosas”, dijo Thunberg en su publicación. “Pero cuando se trata de nuestras emisiones reales y nuestras huellas ecológicas per cápita, si incluimos nuestro consumo, nuestras importaciones, así como la aviación y el envío, entonces es una historia completamente diferente”.
“Pertenecemos a los países que tienen la posibilidad de hacer más”, continuó Thunberg. “Y, sin embargo, nuestros países todavía no hacen prácticamente nada”.
