Malestar social en Santiago de Chile por el aumento del pasaje del metro ha provocado una de las jornadas más violentas de protestas en la capital del país andino de las últimas décadas, la cual ha dejado este viernes un total de 167 personas heridas y 308 detenidos, de acuerdo a un balance ofrecido por fuentes policiales.
Según estos datos, de las personas heridas, 11 serían civiles, mientras que el resto estaría compuesto por agentes carabineros (policía militarizada). Cinco de estos funcionarios de seguridad se encontrarían en estado de gravedad.
Según las autoridades, asimismo, los manifestantes calcinaron 41 de las casi 140 estaciones del Metro de Santiago, así como 16 autobuses urbanos, durante actos de vandalismo y violencia que la intendenta Karla Rubilar calificó como “un ataque nunca antes visto en la ciudad”.
Y así mismo fue, pues con el fin de restablecer el orden público en Santiago, por primera vez desde el fin de la dictadura del General Augusto Pinochet, el Ejército de Chile salió a las calles por ordenanza gubernamental y, como respaldo a los carabineros, se desplegaron en las zonas más conflictivas de la ciudad en horas de la madrugada.
Al respecto, el General de División, Javier Iturriaga, quien es también el jefe de Defensa Nacional explicó que “las fuerzas policiales siguen ejerciendo sus tareas de patrullaje y control de los servicios de vía pública, y control de aquellos sectores que fueron afectados. Las fuerzas militares van a salir ya en este momento a patrullar la ciudad en aquellos sectores más conflictivos”.
En este sentido, aseguró que la meta del gobierno es lograr que Santiago regrese a la normalidad para el próximo lunes.
Tenemos mucha tarea por hacer. No estamos tranquilos. Tenemos que intentar que el lunes todo el mundo pueda volver al trabajo y hacer su vida normal.
En este sentido, Iturriaga agregó: “El trabajo principal que hacemos es de trabajo preventivo, cuidar a la ciudadanía, que pueda ejercer sus derechos y cuando haya violentistas que lo impidan, ahí tenemos que actuar”.
El presidente Sebastián Piñera, por su parte, ha declarado Estado de Emergencia, recurso que, desde la llegada de la democracia, ha sido utilizado únicamente en instancias de desastres naturales y cuyo objetivo en esta oportunidad es “es simple, pero muy profundo: asegurar el orden público y la tranquilidad de los habitantes de Santiago”.
Por otro lado, también han sido desplegados desde tempranas horas de la mañana equipos de limpieza con el fin retirar los escombros y desperfectos causados por las manifestaciones y enfrentamientos del viernes.
Estas protestas en Santiago iniciaron tímidamente el pasado lunes con un llamado a evadir el pago del servicio del subterráneo, el cual aumentó 30 pesos hace unas dos semanas. No obstante, con el pasar de los días, la tensión fue creciendo hasta derivar en los disturbios de ayer, 18 de octubre.
Convocadas por los estudiantes secundarios, el llamado se extendió rápidamente, debido al descontento económico en el país suramericano. Y es que, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas, el 50 % de los trabajadores gana mensualmente menos de 400.000 pesos (unos 550 euros). Aunado a esto, en Chile habría una excesiva cantidad de horas de trabajo, así como un sistema de privado de pensiones, el cual la población considera como deficiente.