Los demócratas de la Cámara de Representantes de EE.UU. este miércoles 13 de marzo dieron la bienvenida al pacto que reemplazará al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), luego de que el Representante de Comercio inició una campaña para buscar el respaldo del Congreso al acuerdo.
Varios demócratas expresaron que una reunión a puertas cerradas con el Representante de Comercio de EE.UU., Robert Lighthizer, no alivió sus preocupaciones por las provisiones sobre asuntos laborales, medicamentos biológicos y otros temas del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Una portavoz del Representante de Comercio declinó hacer comentarios sobre la reunión.
El apoyo de los demócratas, que controlan la Cámara baja, es considerado importante para la aprobación del T-MEC (USMCA, por sus siglas en inglés). Además, la reunión de este miércoles, en el Capitolio, mostró que el gobierno del estadounidense, Donald Trump, tiene mucho trabajo por hacer para abordar las preocupaciones del partido.
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer/ FOTO: Afp
Estándares sobre empleo busca garantizar que trabajadores tengan derecho a organizarse
Los demócratas cuestionaron si los nuevos estándares sobre empleo que buscan garantizar que los trabajadores tengan derecho a organizarse se podrán aplicar de manera apropiada, ya que eso depende en parte de que México apruebe nuevas leyes laborales.
“Lo que estamos escuchando es que mucha gente cree que eso no es lo suficientemente bueno”, señaló la representante Pramila Jayapal sobre el T-MEC después de la reunión, agregando que le preocupa que el nuevo acuerdo no resolverá las principales falencias del TLCAN, que permitió que los sueldos se estancaran en México.
“Sabemos que cuando no tienes provisiones fuertes para su aplicación, esencialmente están facilitando la tercerización de empleos y malas protecciones para los trabajadores, socavando a los trabajadores estadounidenses”, añadió.
Según el portal de noticias Reuters el TLCAN abordó las provisiones en una carta paralela inaplicable, lo que permitió que los sindicatos en México siguieran débiles y los sueldos bajos, lo incluso atrajo a fábricas de EE.UU. y Canadá.
Si bien el capítulo laboral del T-MEC es parte del acuerdo y exige que México se adhiera a estándares de la Organización Internacional del Trabajo, los demócratas se preguntan si eso podrá ser aplicado de manera adecuada mediante el mecanismo de resolución de disputas entre estados.