En nuestra sociedad estar pegado constantemente a un Smartphone se ha convertido en algo normal y a diario podemos ver a innumerables personas que en todas partes, y a cualquier hora, usan sus móviles.
Pero algunas personas se han obsesionado tanto con el teléfono inteligente que se ha convertido en una adicción para ellos.
Dicha adicción puede afectar a cualquiera, pero se ve reflejado más en los más jóvenes.
Por esta razón, en Estados Unidos, han abierto la clínica Paradigm, cuyo propósito es ayudar a «desintoxicar» del Smartphone a los más afectados por un precio de hasta 40.000 dólares.
Estudios revelan que el 80 % de los jóvenes revisa su teléfono cada hora
De acuerdo a la ONG Common Sense, los jóvenes, además, pueden pasar hasta 6 horas al día revisando el teléfono en promedio.
Sin embargo, existen personas que doblan o triplican este tiempo.
De igual manera, existen familias que ven en la obligación de pedir ayuda externa para ayudar con la adicción al Smartphone.
Paradigm es una exclusiva clínica enfocada en ayudar a los hijos de los millonarios
Su estructura es una lujosa mansión situada en Estados Unidos, en la ciudad de San Rafael donde jóvenes millonarios de 12 a 18 años reciben ayuda especializada con el fin de depurar las conductas de sus pacientes y aprender a vivir más sus realidades, en lugar de lo que presenta la pantalla.
El lema de este centro de salud es «Desconectar a Los Jóvenes» y cuentan con innumerables pacientes que pueden dar fe de los resultados.
No obstante, dicho tratamiento no es nada económico. Y es que el precio por día es de 1.300 dólares.
Un tratamiento promedio puede durar entre 45 y 60 días.
Paradigm ofrece muchas actividades y entretenimiento
EN Paradigm la jornada inicia a las 7:00 AM con un desayuno que sirve de preámbulo a las distintas actividades que cubren desde refuerzo escolar, así como terapias y talleres de comunicación.
De igual modo, cuentan con opciones de recreación, deportes y paseos con el fin de mostrarle a los adolescentes que hay muchas cosas por hacer en la vida real que puede divertir tanto o más que las redes sociales.
