Este jueves, el gobierno de China reaccionó con cólera luego de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ratificara la ley de apoyo a los manifestantes de Hong Kong, en medio de la guerra comercial y las protestas en la ciudad china semiautónoma.
Al respecto de esta ley, el viceministro de Relaciones Exteriores de Pekín, Le Yucheng, le transmitió el rechazo del gobierno chino a la medida estadounidense al embajador de los Estados Unidos en China, Terry Branstad, al tiempo que instó a la administración republicana a corregir “el error” y a no aplicar la ley que amenaza con profundizar los problemas diplomáticos entre las dos potencias.
En este sentido, el funcionario Le Yucheng también calificó la ley como una “abominación absoluta” y amenazó con tomar represalias si Estados Unidos no retiraba la legislatura que, a juicio de China, “oculta intensiones siniestras” al apoyar “descaradamente los actos cometidos contra ciudadanos inocentes que han resultado golpeados, heridos y quemados por delincuentes violentos”.
Por otra parte, el vicecanciller convocó al embajador estadounidense en Pekín a un encuentro por segunda en los últimos cuatro días.
La resolución estadounidense, la cual fue adoptada días atrás, amenaza con dar por finalizado el estatus económico especial concedido a la excolonia británica por parte de los Estados Unidos que permite que Hong Kong no se vea afectada por las restricciones aplicadas a la China continental.
El gobierno republicano, no obstante, promete no tomar dicha medida si las autoridades de Pekín y de Hong Kong se comprometen a respetar los derechos de los manifestantes.
Debido a la crisis que actualmente se vive en Hong Kong luego de casi seis meses desde el inicio de las manifestaciones, la ley fue acogida satisfactoriamente por los senadores republicanos y demócratas en una rara demostración de unión.
Por su parte, los manifestantes hongkoneses se mostraron contentos con la medida, pues consideran que la misma favorecerá un consenso internacional a favor de su movimiento, el cual actualmente busca la ampliación de la democracia en la ciudad, así como represalias legales en contra de los funcionarios de seguridad que hayan incurrido en represión y brutalidad policial.
De hecho, de acuerdo a Sunny Cheung, un estudiante que habló desde el Congreso a favor de la ley del país norteamericano, aseguró a la agencia de noticias AFP que la promulgación inclinará la balanza a favor de Hong Kong y su democracia.
Hong Kong vive una de sus mayores crisis desde que regresara a dominio chino en 1997, debido a un proyecto de ley de extradición ya desechado que ponía en peligro del sistema judicial independiente de la ciudad, así como a la libertad de expresión.